Epílogo - La carta

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Quien sea que seas...

Escribir es más fácil para mi, puedo evitar ese tartamudeo. Lo odio. Me hace sentir débil, pero se que no lo soy. Me siento fuerte cuando puedo escribir porque evito todo lo que la vida no me deja ser en persona.
Realmente no tengo ni la menor idea de a quien le escribo. Espero que alguna vez alguien encuentre esta carta y le dedique el tiempo de leerla. No lo sé, tal vez sea muy estúpido o tal vez no.
Pero tengo mucho pensamientos que deben de ser escritos. No contados, pero si escritos.
Papá siempre me contaba sobre maravillosas historias en el mundo mágico que esperaba que yo algún día viviera. Veía la emoción en sus ojos. No se como lo logre recordar pero lo hice, es lo poco que recuerdo de mi padre. Se que me debió de querer mucho. Yo lo quiero mucho aunque no tengo mucho de el en mi cerebro. Pero lo que más recuerdo de el, es diciéndome que a pesar de todo, no deje de creer en el amor, porque es algo bellísimo y único que merece la pena de experimentar por lo menos una vez en la vida. Aún no se por qué hacía énfasis en el "a pesar de todo", como si algo hubiese pasado.
No se quien es mamá, no tengo ningún recuerdo de ella en mi cabeza. Tampoco se si este viva o no. Espero que si y que esté teniendo una bellísima vida, espero que no esté preocupada por mi. Apuesto a que cuando se enteró de lo que sucedió ( si es que lo hizo) debió estar aterrada por mi.
Yo no se quien sea. Pero se que la quiero mucho, es mi madre.

Tengo a un chico en mi vida. Es maravilloso. Creo que es a quien más recuerdo, siento como si, a pesar de las piezas faltantes, tuviera tanto de el en mi.
Algo si tengo muy presente.
Hay algo se oscuridad en todos nosotros. Lo comprobé con el. Con lo poco que tengo de el, puedo saberlo, porque sí, un alma tan buena y pura como la de George Weasley tiene algo de oscuridad, creo que entonces, dentro de todos nosotros hay un poco de eso.
Y no me mal entiendas, no digo que el sea malo. No, creo que ha sido el hombre más maravilloso que la vida jamás me podrá dar.
Pero recuerdo algunas situaciones donde vi esa pequeña...como lo podría decir? Sombra? No lo sé. Pero esa parte única se apoderaba de él, era como si por un momento fuese a tomar el control pero no era suficiente para él, porque el es más luz que nada. La luz en mi camino.
Hubo una vez, vagamente lo recuerdo. Ese tipo, Terence iba hacia mi, realmente no lo sabía pero George miró por encima de mi y vi sus ojos oscurecerse por un momento. Como si algo hubiese cambiado y cuando me tomó de la mano para alejarme de él, fue cuando giré mi mirada y vi a Terence mirándonos con odio. O tal vez mirándolo.
Hubo pequeños momentos así. Pero tal vez ya he perdido la poca cordura que había logrado recobrar.
Pero George Weasley no es malo. Es mi mundo, es quien me salvó de tanto en tan poco tiempo. Recuerdo algo, como cuando fingía abrochar mal su corbata de la escuela solo porque quería que yo lo ayudase y me da tanta gracia porque un día lo vi atarla con tanta facilidad, ese tonto solo fingía no saber como hacerlo para tenerme cerca. Eso me hizo amarlo más, aunque realmente no podía decírselo en ese momento porque bueno, las palabras no me salían con esa gran facilidad.
También tengo otro recuerdo de él. Estaba en ese hospital, San Mungo, creo que ese es el nombre.
No salía de mi cuarto, me daba miedo siquiera el pisar afuera y ver lo que temía.
Tenía una ventana, veía hacia afuera, al menos lo hizo las primeras semanas porque después la desaparecieron. Fue mejor para mi.
Pero esas primeras semanas que la ventana estaba, me asomé una sola vez, una noche de lluvia escandalosa. Solo recuerdo asomarme y ver a un pelirrojo viendo a la entrada, parecía querer entrar pero no lo hacía. Solo supe las razones hasta mucho después.
Quisiera decir que recuerdo más de él. Pero la verdad es que ya no puedo recordar mucho de mi pasado. Son momentos y tan solo por segundos. Pero se que puedo crear nuevos recuerdos a su lado tal y como lo estoy haciendo.
Aún no deja de asombrarme, cada cosa que hace, cada acción y cada reacción.
Antes escribía su nombre para no olvidarlo. Pero ahora lo hago porque su nombre es mi palabra favorita.
No creo que haya más sombra en él si es que en algún momento la tuvo.
Ahora si creo de verdad que tendremos esa eternidad juntos, dejando fluir las cosas y siendo quienes somos, cometiendo las estupideces que debemos de cometer. Pero haciéndolo siempre juntos. Hemos sido un equipo desde los 11 años. Ahora creo que seremos un equipo siempre.
Jamás pensé tener a una persona así de increíble en mi vida. Cargo conmigo el brazalete que él me dio, así como también el frasco de su recuerdo que me otorgó como signo de confianza y esa Felix Felicis que me obsequió hace tantos años, ya ni siquiera estoy segura de que sirva, pero ahora es más algo simbólico que algo para efectuar.
No quiero tener un buen día por una poción, mis días son buenos por él, porque esta a mi lado y porque me hizo ver que yo debía mejorar por mi, porque tenía que ponerme primero antes que a los demás. Hacer las cosas por mi.
Tal vez es una idea errónea.
Quería hacerlo por mi pero también por ambos.
Se que yo soy su vida y él es la mía, se que él moriría por mi y yo lo haría por él. Pero antes que morir el uno por el otro. Lucharíamos para salvarnos mutuamente.
George Weasley.

-Blake!-

Volteó, dejando de escribir y apartando su vista de la hoja que estaba sobre el escritorio, pero sonrió al escuchar esa voz que le hacía tan feliz.

-Blake!-

-S-si?-

-Vamos a llegar tarde! Vamos!-

-V-voy!- volteó de nuevo a la carta y la dobló.

Una carta que jamás nadie leería y tal vez ni siquiera ella recordaría en algunos días que la escribió.
Se levantó y fue al armario, guardándola en la vieja túnica de Howgarts de George que aún tenía colgada ahí adentro en el fondo del todo. La dejó en ese bolsillo y volvió a cerrar el armario

-Vamos nena!-

Tomó la varita del buró y corrió fuera del cuarto. Antes de cerrar la puerta, observó la habitación. Su habitación con él. Miró con amor todo aquello que comenzaban a construir y sabía que, tan solo sería el comienzo de lo que se prometieron mutuamente.

Blake jamás pudo recuperar sus recuerdos del pasado en su totalidad, jamás pudo saber que su madre la abandonó, jamás lograría recuperarse por completo. Tendría secuelas por el resto de su vida, con días muy malos y momentos llenos de tristeza y dolor, momentos que aun después de tanto, la seguirían atormentando.

Pero también tendría días buenos que la ayudarían a superar los malos, siempre tendría a ese chico que la esperó por 6 años y que la hubiera esperado toda la vida si hubiera sido necesario.

No sería la Blake de Howgarts, pero tampoco sería la Blake que estuvo en ese horrible sótano escondida dentro de otro escondite para que nadie jamás la hallará.

Solo era ella, existiendo y sobrellevando todo lo que le pasó porque contaba con el pelirrojo que estaba en las escaleras aguardando por ella para seguir sus vidas juntos, como la pareja que eran.

Como las almas gemelas que se encontraron y que jamás se soltaron.

-Eternamente- sonrió y cerró la puerta, yendo hacia él. Lista para continuar

Para avanzar al lado de G.


Fin.

The Ginger's ShadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora