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Ambos estaban frente a frente, mientras comían lo que les habían servido, Haechan se sentía raro al estar así. Mark miró de reojo al omega que cual comía tranquilamente, era extraño que sus padres quisieran que saliera con Haechan, admitía que era un omega lindo y tierno, y que siempre se preocupaba por él.

—¿A qué se debe esta cena hyung? —preguntó Haechan rompiendo el silencio.

—Yo bueno.... —susurró. —Mis padres al parecer la planearon.

—¿Sus padres? ¿Por qué?

—Eso mismo me pregunto yo.

—Ya veo. —asintió. —Creo que ya debemos irnos.

—Claro. —sonrió.

Ambos chicos se levantaron, la cuenta ya estaba más que paga. Iban caminando tranquilos por toda la calle, hasta que el pelinegro notó como muchos alfas miraban al omega que lo acompañaba.

Sintió un suave aroma y se detuvo, Haechan también lo hizo. Mark trago saliva mientras miraba al omega, quien estaba sonrojado y a la vez con calor, al parecer estaba entrando en su celo.

—Hyung... —susurró un tanto avergonzado.

—Haechan. —trago saliva.

—Me siento raro. —se acercó al pálido.

Mark lo atrajo hacia él para cubrirlo y llenarlo de su aroma, para evitar que los demás alfas dejaran de verlo. Se apresuró y lo metió al auto, cerró las ventanas y se puso a buscar unos supresores, pero se vio obligado a detenerse, al ver como el castaño se subía encima de él y comenzaba a moverse encima de su entrepierna.

—Haechan. —jadeo —Para.

—Alfa. —gimió —Lo necesito hyungi.

Mark miró al lindo omega que se restregaba en su polla, era difícil contenerse, el castaño estaba sonrojado y con su boca semiabierta, moviéndose de una manera que jamás hubiera imaginado.

—Haechan, tenemos que ir a una farmacia por unos supresores. —lo tomó de las mejillas.

El omega negó y se acercó a la boca del alfa dándole un beso, más que tierno fue húmedo. Mark llevó sus manos al trasero del omega, y este soltó un suave gemido que no sólo hizo que la piel del alfa se eriza, sino que también provocó que su erección creciera aún más.

—No quiero ningún supresor. —beso el cuello del alfa. —Solo lo deseo a usted alfa.

—Haechan no estás pensando —habló nervioso el mayor, ya estaba por perder el control. —lo dices por tu celo.

—Hyung... Por favor.

Mark suspiró, como pudo lo sentó y le puso el cinturón para conducir a la casa del omega, pero cuando se dio cuenta se encontraban en un cuarto de hotel, besándose y estando desnudos de la superior de sus cuerpos.

¡LEE DAME UN HIJO! [MarkHyuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora