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Mark estaba sentado en el sofá ansioso, se levantó rápido al ver a su padre volver y se acercó, pero se detuvo al ver al menor.

—Ustedes deben hablar. —habló su padre

Haechan solo vio como los padres del alfa se iban a la cocina, ambos se quedaron en la sala, Mark no sabía que decir, su lobo se sentía mal por haberle gritado al omega.

—Perdón Haechan —habló el alfa —, yo no supe controlarme.

—Mark creo que lo mejor es que nuestra amistad llegué hasta aquí. —miro el suelo—Un alfa y un omega no pueden ser amigos.

Los ojos del pelinegro se llenaron de lágrimas al escuchar al omega decirle que ya no quería su amistad, su lobo estaba muy triste y él sentía un nudo en su garganta que le prohibía decir algo. Haechan estaba igual o peor que el alfa, se acercó y tomó su mano para darle la llave que le había dado.

El castaño se giró y salió de la casa mientras lloraba, se sentía destrozado pero era lo mejor. Mark tiró la llave y corrió tras el omega, no iba hacia su casa, estaba corriendo tratando de alejarse del alfa.

Mark corrió lo más que pudo, al lograr verlo lo tomó del brazo para girarlo y abrazarlo, el omega lloraba al igual que Mark, quien se aferraba al omega.

—No puedo dejarte ir Haechan. —lloró el alfa —Me moriría antes de perderte.

—Mark —respondió el menor entre sollozos, mientras negaba en el pecho del alfa.

El alfa se alejó y le acarició el rostro al omega, estaba rojo por su llanto, y Haechan miro los ojos de Mark, estaban con dolor. El omega detuvo su llanto al sentir un extraño aroma, se puso a oler su hyung, tenía un aroma a café amargo, limón y ¿Nuez?

¿Por qué su hyung olía a nuez?

Los ojos de Haechan se abrieron un poco más por la sorpresa, siguió negando, era imposible ¿Verdad? ¿Tal vez ese aroma era por otra cosa?

—Mark...

«Eres mi omega Haechan»

El castaño se sorprendió ¿Ese era Makku? Mordió su labio nervioso, no entendía porque escuchaba al lobo de Mark en su mente, él no estaba marcado para poder escucharlo.

Haechan mantenía sus ojos cerrados mientras se dejaba abrazar por el alfa, mientras el mayor estaba soltando sus feromonas para calmar su llanto.

—No me dejes Haechan te lo suplico —susurró Mark.

—Perdón —se disculpó —, perdón por ser un omega inútil.

—No lo eres Haechan. —le acarició el cabello —No eres ningún inútil.

—Hyung perdóneme. — se alejó para ver lo a los ojos otra vez.

—Perdoname a mi Haechan, por gritar con mi voz de mando. —lo tomó de ambas mejillas —Te prometí no ser como los demás alfas y rompí esa promesa. —susurró mientras rozaba su nariz con la del omega. —¿Qué debo hacer para que me perdones tú a mi?

—Lee dame un hijo. —respondió sin pensarlo.

¡LEE DAME UN HIJO! [MarkHyuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora