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El día tan esperado para la pareja había llegado, Haechan estaba siendo preparado por sus hermanas. El omega sonreía ante su bella imagen, el sonido de su pequeño cachorro hizo que se girará y lo observará, se levantó y lo cargo mientras lo arrullaba.

—Haechan. —habló una de sus hermanas.

—Yeri... —la vio mientras le entregaba a su hijo a una de sus hermanas.

—Quería disculparme contigo, me porte de una manera egoísta y no sabía que te hacía daño.

Haechan solo abrazó a su hermana, se sentía feliz de que ese problema estuviera arreglado, las hermanas Lee sonrieron para seguir alistando a su hermano. Al estar ya listos se dirigieron al salón donde sería la boda, una de sus hermanas cargaba al bebé mientras las otras llevaban a Haechan donde sus padres.

—¿Estás listo hijo? —preguntó el omega.

—Sí papá. —respondió con una sonrisa.

—Estamos muy orgullosos de ti hijo. —habló el alfa mientras lo abrazaba —Siempre serás nuestro pequeño.

Haechan también abrazó a su padre mientras cerraba los ojos, se iba a casar y estaba muy feliz. Al iniciar la música ambos padres caminaban junto con su hijo para irlo a entregar al alfa que lo estaba esperando con una gran sonrisa, pues su hermoso omega venía hacia él reluciente en ese hermoso traje blanco, al llegar antes de darle la mano los hombres vieron al alfa y hablaron.

—Este día te entregamos a nuestro hermoso y muy querido hijo. —habló el omega.

—Sabemos que serás un gran alfa para él, cuídalo y amalo siempre. —dijo el alfa —Es nuestro mayor tesoro.

—Aquí y ante todos lo prometo. —juró el alfa —No tiene por qué preocuparse, amaré y cuidaré a Haechan hasta que suelte mi último aliento.

Los padres del omega le dieron la mano de su hijo, el cual sonrió hacia su amado quién le dio un beso en su mano. La ceremonia comenzó con los votos que ambos destinados se dijeron con una hermosa sonrisa y un brillo en sus ojos.

Los presentes notaron el hermoso brillo que ambos tenían y desde lejos se podía notar el amor que ambos se tenían, ambos se estaban uniendo y eso nadie lo iba a impedir. Sus corazones latieron con fuerza ante la esperada pregunta.

—Acepto. —dijeron al tiempo, al igual que sus lobos.

Al llegar la hora del beso ambos lo hicieron con sumo cuidado y ternura mostrándose el amor que se tenían.

¡LEE DAME UN HIJO! [MarkHyuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora