El sonido del agua correr era suave y en conjunto con el débil chapoteo de unas pisadas tiernas y minuciosas, daban la creación de una plácida eufonía que se acompañaba de un suave jadeo de concentración.
Pronto el aquel ruido plácido se vio interrumpido por una salvaje salpicadura; manos pequeñas que habían sido sumergidas de golpe, emergieron juntas siendo las cautivas de un pez que aun en el exterior luchaba con fuerza para volver a su hábitat; lo que comenzó siendo un jadeo laborioso se volvió una muy sutil risa de orgullo.
—¡Qi ge, Qi ge! ¡Mira lo que atrapé! —Exclamó un niño.
Un muy infante Xiao Jiu se mostraba dentro del río, lugar donde la corriente de agua apenas y le llegaba a las rodillas; tras de él se apreciaban los valles montañosos, colores verdes vívidos y un cielo despejado que en conjunto daban la sensación que ellos merecían: Libertad.
Porque eran esclavos que habían escapado de sus antiguos dueños; dos niños que por azares del destino se habían conocido y juntos habían planeado su escape para ser libres; dos niños que a simple vista parecían hermanos pues la tierna flor aún no había abierto su capullo donde se guardaban los verdaderos sentimientos, mismos que jamás lograron explorarse puesto que aquel capullo terminó marchitado por los dos.
El niño Xiao Jiu de tan solo ocho años emergió del rio para mostrar su más valiosa adquisición, después de días sin comer finalmente se decantarían por el sagrado alimento.
El que anteriormente fue nombrado apareció en el campo de visión del niño; un menor no mayor a los once años quien al ver a su joven amigo no pudo hacer más que sonreír con orgullo ya que era la primera vez que Xiao Jiu pescaba algo por cuenta propia.
Un trabajo que le había costado valiosas horas de paciencia y espera; secretamente Qi Ge estaba feliz de aquel logro más no lo expresaría verbalmente para no causarle una incomodidad al joven y de esta forma no lo orillaría a que se pusiera huraño.
—¿Puedes limpiar tu pez? —Preguntó mientras costuraba los harapos que tenía como ropa, a él ya no le quedaba pero a Xiao Jiu sí y por ende se había dado a la tarea de remendarlos para que su menor no sufriera frío.
—No —sinceró con el ceño fruncido— ¿cómo se hace?
El mayor de los dos no tuvo problema en sonreír de alivio al saber que el niño no se ponía berrinchudo; dejó la ropa de lado y se acercó al ajeno para quitarle el alimento aún en movimiento y posteriormente llevarlo al suelo donde terminó por abrirlo.
—¡Qi Ge sabe mucho! —Halagó sonriente.
El nombrado se decantó en esa sonrisa pura y cargada de inocencia; le gustaba ver a Xiao Jiu sonreír, en el futuro deseaba que aquella sonrisa de ojos brillantes se mantuviera intacta; en el futuro le gustaría ver a su hermano marcial ser feliz.
—Este Qi Ge te enseñará todo lo que aprendió en la casa del señor Wen.
—¡Qi Ge es el mejor! —Aplaudió con emoción al ver como su mayor le enseñaba a limpiar correctamente un pescado.
Tan solo eran dos niños esclavos, tan solo eran dos inocentes que habían escapado de su primer trabajo para buscar la libertad que desde recién nacidos les fue robada. Eran simples niños que merecían ser felices, tener una infancia digna para volverse así hombres plenos en todo sentido.
Aquella noche y bajo las copas de los árboles que les daban protección; dos niños se acurrucaban juntos entre sueños porque si Xiao Jiu estuviese despierto rechazaría el ser abrazado por su mayor mientras que el ajeno solo podría soltar una risa divertida ante esa vergüenza que teñía a veces de carmín las mejillas desnutridas.
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Pequeño loto negro «BingJiu»
Fanfic¿Qué pasaría si Luo Binghe realmente hubiese rechazado a su hija? ¿Qué sucedería si Shen Qingqiu realmente hubiese muerto en el parto? Pero sobre todo; ¿Qué ocurriría si nace una niña producto del odio y el rencor? Una niña que creció desolada del a...