⚠ ADVERTENCIA: Este capítulo tiene escenas no explicitas pero que si nombran y tocan un tema delicado como lo es el abuso de menores; por favor si no son de mente abierta o no gustan de leer algo que tiene un impacto en el personaje, favor de pasar al siguiente capítulo. Gracias. ⚠
Sentía el corazón roto y destrozado.
El alma deshecha tal cual hebra.
Se sentía tan solo, tan vacío y lo único que deseaba era morirse.
Morir era mil veces mejor a vivir el suplicio diario que le imponía Qiu Jianluo.
Ahí; postrado sobre el suelo y con las túnicas revueltas se encontraba Xiao Jiu; los ojos rojizos y las lágrimas calientes que descendían en silencio eran tan solo una pequeña muestra del dolor que sentía en su interior.
Lo habían roto de una forma que él jamás creyó posible. Ni en sus más bajos pensamientos aun siendo niño él había deseado algo así. Tan bajo. Tan ruin. Tan asqueroso y vomitivo.
Pero ahora que se encontraba sobre el suelo de madera, lo único que podía pensar con claridad era en que deseaba morir, jamás lo había pensado ni en sus peores hambrunas pero todo había cambiado ahora.
Ya ni siquiera existía esperanza alguna de seguir con vida; ya no deseaba esperar más a Qi Ge porque él lo había olvidado, lo había abandonado a su cruel suerte y ahora...
Intentó incorporarse, pero dolía ante el mínimo movimiento todo ardía, todo se sentía al rojo vivo, tan profundo y caliente que la sensación pegajosa entre sus muslos le asqueaba al punto de hacerle morder sus labios con odio y repulsión...
Odio hacia Qiu Jianliu...
Repulsión ante sí mismo por haber perdido una guerra corporal contra un monstruo dominante.
Y cuando el joven creyó que todo había acabado, que al fin lo dejarían tranquilo, las puertas nuevamente hicieron ruido trayendo consigo a un muy intoxicado Qiu Jianluo quien sonrió con sosa al ver la escena de un niño abusado y con rastros de sangre y fluidos pecaminosos entre las piernas desnudas.
El pequeño Xiao Jiu intentó callar el grito de pánico cuando usó sus dos manos para cubrir su boca y ahí dejar ir el miedo, sentía su cuerpo temblar; espasmos de terror y angustia. Espasmos de una criatura rota y abandonada.
En su pensamiento solo podía estar aquel amigo, aquel chico que había prometido volver por él; había pasado un largo año desde su partida pero entonces ¿por qué Qi Ge lo abandonó a su suerte? ¿Por qué lo dejó solo? ¿Dónde estaba la promesa de estar siempre juntos?
Qi Ge antaño lo había convencido de que valía como persona y que su amistad rozando la hermandad era fuerte a tal grado de que nada los separaría pero de aquello ya había pasado un extenso año y aquellos recuerdos verbales solo lo destruyeron poco a poco hasta que finalmente Xiao Jiu lo entendió.
Él no valía la pena para nada.
No valía como persona, ni como amigo, mucho peor como hermano.
No era más que un desecho ya que ni su propia madre lo había querido, es más ni siquiera había deseado saber de él apenas hubo nacido y eso poco a poco caló dentro del niño Jiu quien por un momento se vio iluminado ante la calidez que Qi Ge le brindaba entre sonrisas amables y palabras de apoyo pero ahora todo eso ya no tenía sentido.
Estaba solo.
Olvidado.
Con el corazón enroscado contra una espina, clavándose hasta hacerse sangrar para sentir un dolor extremo; el dolor de un alma siendo dividida; fragmentada y destrozada.
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Pequeño loto negro «BingJiu»
Fiksi Penggemar¿Qué pasaría si Luo Binghe realmente hubiese rechazado a su hija? ¿Qué sucedería si Shen Qingqiu realmente hubiese muerto en el parto? Pero sobre todo; ¿Qué ocurriría si nace una niña producto del odio y el rencor? Una niña que creció desolada del a...