Xiao Jiu corría, jadeaba y sudaba. Su mirada cargaba el pánico propio de una persona que es perseguida por sus primeros demonios con los cuales no sabía cómo luchar o enfrentarse.
Corría porque su vida verdaderamente dependía de ello. Corría porque no sabía como afrontar sus propias consecuencias.
Sus primeras consecuencias como villano.
Túnicas viejas y andrajosas se rozaban y hacían un suave crujido en cada paso que daba puesto que la sangre seca se cuarteaba a cada momento; el sonido de las ramas rasgar con suavidad su ropa invitaban al joven a abrazarse a la naturaleza boscosa, aunque no le fue concedido aquello ya que primero debía huir.
Y mientras huía rogaba que su vida cambiase, que aquel sacrificio que había hecho al decirle adiós a su inocencia como persona y héroe valiera la pena. Si iba a ser un villano entonces su primer paso era decirle adiós al hogar que lo volvió así pero...
¿Por qué daba tanto miedo volverse malo?
¿Por qué sentía sus piernas quemar y los ojos lagrimear en cada paso dado?
¿Por qué sabiendo que hizo lo correcto tenía el deseo de volver y sucumbir bajo el yugo de su verdugo?
Con las manos manchadas de sangre fresca y con las lágrimas corriendo por sus sucias mejillas fue como avanzó en aquel bosque que lo abrazaba fríamente para acariciarlo y hacerle saber que su inocencia se podía quedar atrapada entre las ramas espinosas y las flores marchitas.
Con el rostro cargado de pánico, Xiao Jiu siguió corriendo hasta dejarse envolver por la oscuridad; había decidido ser un villano, era momento de comenzar a transformarse.
Y así, mientras corría con desespero la noche dio paso al día y el día se volvió tiempo; tiempo donde fue creciendo volviendo aquellas túnicas sucias y parchadas, elegantes túnicas de blanco con esmeralda; colores entrepuestos que daban el aspecto de la elegancia y la cultura fría, de la vida y del conocimiento, sin embargo lo que jamás cambió ni con el pasar de los años fueron aquellas manos teñidas de rojo carmesí.
Xiao Jiu el esclavo había corrido con fuerza intentando alejarse de sus demonios pero quién sabría que terminaría siendo devorado por ellos y para cuando salió de aquel espeso bosque por la noche ya no era más un niño despojado de la inocencia, sino un hombre sobrellevando la pena y la amargura de no haber podido encontrar su felicidad porque para empezar, él ya no era feliz más su muerte se veía prolongada por la sed de venganza contra sí mismo.
Así tuviese que arrastrarse nuevamente, así tuviese que ensuciar sus manos tanto como pudiese, él no cambiaría porque desoladamente había asumido que no merecía ser tocado por la felicidad explicita de una persona realizada.
Sin embargo, antes de poder triunfar como un villano y darse un final propio, asumiría cargos, sería importante, sería tan rico y poderoso para calmar aquella necesidad que tuvo cuando niño, no se limitaría en gastos, sería tan pretencioso como pudiese, se daría el lujo de tomar el lugar de su anterior verdugo para ser un cruel dictador.
Usurparía a Qiu Jianluo para mostrarle donde quiera que estuviese lo que era ser una autentica escoria sin necesidad de tocar sexualmente a un niño; le mostraría en sus acciones el cómo debía castigar para hacer llorar a un infante sin aquella pasión por aprovecharse del cuerpo ajeno.
Golpearía y humillaría tanto como pudiese para demostrarle a ese infeliz lo que era ser un verdadero villano; se sumergiría en su propia risa mental mientras se decantaba al ver a un niño colgado para ser flagelado. Se regodearía de su lado villano para demostrar lo que era ser un verdadero maldito.
Regaría el té más caro de la ciudad sobre la madera pulida solo por mero gozo visual de ver a un niño inclinarse para limpiar aquel líquido caliente con su lengua y todo eso solo lo haría para demostrar una cosa:
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Pequeño loto negro «BingJiu»
Fanfic¿Qué pasaría si Luo Binghe realmente hubiese rechazado a su hija? ¿Qué sucedería si Shen Qingqiu realmente hubiese muerto en el parto? Pero sobre todo; ¿Qué ocurriría si nace una niña producto del odio y el rencor? Una niña que creció desolada del a...