¿Nuestra primera (segunda) vez?

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Tomar café con Martín después de 3 años, ha sido maravilloso

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Tomar café con Martín después de 3 años, ha sido maravilloso. No me imaginé sentirme como la primera vez que nos sentamos a tomar uno igual. No cabe duda que sigo enamorada de él. Juro, por lo que más quieran, que ese hombre me trae loca. Cuando lo veo, me siento una adolescente, me tiembla todo y no lo puedo contener.

Mientras escribía esto, me entró una llamada de Martín.

- Alicia?

- Martín, ¿qué pasó?

- Nada malo. Sólo quiero saber cómo estás.

- Estoy muy bien, gracias. Y tú? Te siento un poco mal, ¿estás bien?

- Pues de amor, todo bien.

- Ay Martín, hablo en serio.

- Yo también hablo en serio, Alicia. Pero ya, estoy un poco agripado y con fiebre también.

En ese instante me preocupé demasiado. Sentí a Martín mal que no dudé en ir a verlo.

- Pero, ¿Ya tomaste algo para esa gripe? ¿Ya te tomaste la temperatura?

- Aún no. No puedo salir, el malestar es espantoso.

- Quédate tranquilo, estoy yendo para allá.

Al llegar a casa de Martín, iba a tocar la puerta pero no, estaba junta. Me entró una duda que pasé delicadamente, sin hacer ruido. En la sala no había nadie, y al subir a su recámara, me encuentro a la linda y delicada Karina. Ella y yo sabemos muy bien que no nos llevamos del todo. Sé que ella aún sigue enamorada de Martín, MI MARTÍN.
La encontré poniéndole pañitos húmedos y dándole de tomar la sopa a Martín en la boca. Sentí una rabia tremenda que mi cara cambió en un segundo.

- Alicia, cómo estás.

-Hola Karina, muy bien gracias. Por lo que veo, es que ya tienes muy buena compañía, no Martín?

- Alicia no es lo que piensas. Karina sólo vino a ver cómo estaba, nada más.

- ¿Así? Pues no parece.

- Alicia por favor, Martín y yo solo somos amig...

- A ver Karina, ya estoy harta de tanta mentira. Por qué no aclaramos las cosas de una vez para no estar en estos enredos?

- Aclarar qué, Alicia.

- Aclarar que aún sigues enamorada de Martín, que aún no lo superas y como sea quieres meterte entre él y yo.

-Alicia por favor cálmate.

- Cálmate nada, Martín. Sólo quiero que "tu amiguita" aclare todo, nada más.

- Contigo no se puede hablar, Alicia. Chau Martín, que estés bien.

La muy viva dejó el plato de sopa en el velador y el pirex de agua con los pañitos húmedos encima de la cama. Vi a Martín mal, pero mis celos me ganaban y no quise hablarle. Dejé mi cartera en el sillón y bajé con las cosas que estaban en la recámara. Mientras bajaba, Martín se para de la cama y me sigue hacia el primer piso.

- ¿Estás molesta?

Me hice la que no escuché y seguí haciendo las cosas.

- Alicia, te estoy hablando. Puedes responderme?

- Qué cosa, Martín. Qué quieres.

- Estás molesta por lo de Karina, no?

- No, cómo crees.

- No te creo. Mi amor, Karina sólo me ayudó, nada más.

- Así? Pero sus intenciones son otras, Martín. ¿No te das cuenta?

Me volteó hacia él, me agarró de la cintura y me miró fijamente.

- Si tú no me lo dices, ni cuenta me doy.

- Martín, ya pues, hablo en serio.

- Yo también hablo en serio, Alicia. No te das cuenta que solo me fijo en ti, en lo hermosa que eres, en la mujer valiente y maravillosa, de quien vivo y viviré enamorado por el resto de mi vida.

- ¿Estás seguro de lo que dices?

- Demasiado seguro, mi amor.

Se me acercó y me besó. Sus manos pasaban por mi cuerpo y me tomó bien de la cintura para seguir basándome. Me perdí en sus labios.
Acariciaba mi cuerpo delicadamente mientras yo acariciaba su cabeza. Besaba mis cachetes, mi frente y mi cuello, pero mientras lo hacía, sentí un pequeño mordisco en mi oreja, ¡Dios mío! Parecía una chiquilla de 16 años. No podía más, me estaba dejando llevar por él.

- ¿Vamos a mi cuarto?

Lo miré y lo besé. Supe que ese era el momento. Me tomó de la mano y subimos a la recámara. Martín me volvió a besar y a acariciar. Yo ya no daba más. Me comenzó a sacar la blusa y yo le desabroché la camisa.

- ¿Ya no estás molesta?

- Contigo no puedo estarlo.

-Te amo, Alicia. Y te juro que no te cambiaría por nadie en el mundo.

- También te amo, Martín, y de verdad que contigo pierdo el control.

- Pues perdámoslo ahora, te parece?

- Oye mi amor, pero tú no estabas mal?

- Ahhh pues, contigo como que el malestar se me pasó, pero la fiebre me subió, ando más caliente.

Su cara de pícara era la mejor. Me tomó de la cintura y me besaba apasionadamente, al igual que yo a él. En ese rato me entró una llamada, era Miranda queriendo hablar conmigo urgentemente. Tuve que parar.

- Martín perdóname pero tengo que irme. Miranda está llegando a la ciudad y yo no sabía nada. Perdóname por favor.

- Pero qué pasó, así de la nada llegó aquí?

- No.. No sé nada, solo me llamó y me dijo que vaya para la casa urgente porque está llegando de viaje. De verdad perdóname.

- No te preocupes amor, está todo bien. Me marcas cualquier cosa, te parece?

No podía más. Les juro que es el hombre más bueno y amoroso de este mundo.
Tomé mi blusa y me la puse rapidamente, agarré mi cartera y me despedí con un beso de él.

Hoy, después de 3 años, casi pasaba lo que tanto estaba esperando, con Martín.

Alicia Y Martín.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora