Semanas después de que Martín saliera de la clínica, quedamos en reunirnos en su departamento para poder hablar, al fin, de nosotros. Hasta el momento, no sé qué somos, amigos, enamorados, no sé. Lo que sí sé es que cada día que pasa lo amo más. Este hombre me tiene como una chiquilla. Martín es el hombre que esperé por tanto tiempo y que por fin llegó a mi vida.- ¿Alicia?
- Aquí estoy, ¿qué pasó?
- ¿Ya estás viniendo?
- Estoy alistándome. Dame 10 minutos y salgo para allá.
- Te espero, mi amor.
Terminé de alistarme y salí volando para allá. Estaba muy nerviosa porque después de muchísimo tiempo, al fin tuvimos nuestra primera cita. No paraba de pensar en cómo Martín iba a reaccionar al verme así, una Alicia super arreglada, decidida a lo que iba, y no hablo por el sexo, sino por decirle el amor que le tengo.
- Ya llegué, ¿Me abres la puerta por favor?
Martín salió a recibirme y al verme, se quedó sorprendido.
- Mi amor, ¿esa eres tú?
- Sí - Sonreí agachando mi cabeza.
- Dios mío, tú me quieres mandar de nuevo a la clínica. - dijo fastidiando.
-Ay Martín, qué exagerado eres. - le dije con una sonrisa- ¿Puedo pasar?.
-Claro que sí mi amor, pasa.
Martín no paraba de verme. Sus ojos transmitían esa paz y ese amor que tanto necesitaba.
- Ven, siéntate.- dijo mientras él jalaba la silla - ¿Quieres algo de tomar?.
- Uhm, un vaso de refresco estaría bien.
Mientras me servía, me miraba y me sonreía.
- Ten, toma.- Sonríe.
- Gracias.- Le sonreí. - Martín huele riquísimo, ¿tú estás cocinando? - me paré a ver lo que hacía.
- Claro, todavía te sorprendes.
- Por supuesto, si jamás me imaginé que Martín Guerra, un hombre soltero, cocinara y encima oliera tan rico. - le dije en son burlesco.
- Ah no, esa falta de respeto merece un beso - dijo mientras se acercaba hacia mí.
Me tomó de la cintura y me besó. Los besos de este hombre son los más bonitos y delicados que existe en este mundo.
- Martín, ¿puedo hacerte una pregunta? - dije mientras le acariciaba su carita.
-Todas las que quieras. - Me da otro beso.
- ¿A qué viene todo esto?. Hablo de la cena porque hay velas, vino, estás cocinando algo que huele super rico y pues a ti te veo todo guapísimo. - le di un beso.
- Esta cena será algo especial para los dos, así que vaya ya a sentarse que yo voy a servir la comida para poder celebrar.
Le di un beso y me senté. No quise preguntarle qué celebraremos aunque me moría de ganas por que me lo dijera.
Mientras comíamos, destapó la botella de vino y me conversaba de la relación que tenía con Carlota, con Mabe y con la simpática de Karina. De todo lo que me contaba, sentí que aún ellas quieren algo con él y yo de verdad siento que en cualquier momento, cualquiera de las tres, se le pueda aventar.- Martín, ¿tú estás seguro de todo esto?
- ¿Por qué me lo preguntas? - tomó mi mano que estaba sobre la mesa.
- Porque de todo lo que me cuentas de Karina, Carlota y Mabe, siento que aún ellas están interesadas en ti y te soy sincera, esto me incomoda mucho.
- Hey, mi amor. - dijo acariciándome la cara - yo te amo a ti, y no hay nadie más en esta vida que me haga feliz. Alicia, esta cena justamente la hice para celebrar nuestro amor, para pedirte oficialmente que seas mi pareja, la mujer de mi vida y, próximamente la madre de mi o mis hijos - dijo sonriendo.
- Ay Martín, qué hijos si yo a mi edad ya no creo que pueda tener, y si los tengo, prácticamente serán mis nietos. - dije con la cabeza abajo y un poco cabizbaja.
- ¡Qué hablas!.- alzó mi cara con su mano- Todo se puede en esta vida mi amor, vas a ver que como sea, vamos a lograr tener una familia, porque eso es lo que quiero formar contigo. sonrió. - ¿salud por eso?
-¡Salud!
Chocamos las copas y seguimos comiendo.
- Oye Martín, y a todo esto, ¿cómo haremos en decirle a nuestros hijos? Nos estamos olvidando de ellos. - dije mientras lo ayudaba a juntar los platos.
- Pues nos reunimos con ellos, cenamos juntos y les decimos que somos pareja, que nos amamos y que estaremos juntos hasta el fin de nuestras vidas. - dijo acercándose con otra botella y copa de vino.
- Eres el hombre más maravilloso que he conocido en mi vida, Martín. Contigo no sé qué me pasa, me siento toda una adolescente.
- Creo que ya es hora que me dejes de decir "Martín" ¿no? - dijo achinando los ojos.
- Perdóname - agaché mi cabeza - no estoy acostumbrada a esto.
- No te preocupes, mi amor, está todo bien. - alzó mi cabeza y me besó - Te amo, Alicia.
-Y yo te amo a ti, mi amor.
Dejamos las copas de vino sobre la mesa, me acerqué hacia él, tomé su cabeza y lo besé. Me sentí bien, tranquila y segura estando con él. Todo es maravilloso cuando estamos juntos. Lo amo, y sé que ese hombre, barbón y de ojos claros, es el que quiero para el resto de mi vida.