Capítulo 12

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Si malo era dormir con una gran tentación al lado, malo también es despertarse y no verlo.

Soy consciente que me levanto un poco tarde y ya tengo suficiente edad para responsabilizarme.

Me levanto de la cama con mucha pereza y me arrasco el trasero mientras voy en dirección al baño. Al observar mi cara en el espejo me dí cuenta que no tenía el mismo aspecto de ayer. Hace unas horas parecía más sexy–bueno, es que yo soy sexy– pero ahora parezco una  bruja que acaba de llegar de un largo viaje en su escoba (con los pelos enmarañados) Entré a la bañera y cerré la puerta de cristal.

20 minutos después

No puedo creerlo. Vente minutos, vente malditos minutos trancada en esta bañera. No se de qué manera estoy encerrada aquí. Mi madre no está en casa y probablemente esté ocupada en estos momentos.

30 minutos después

¡Ya se!

Pego el oído en la pared de la bañera y se escuchan unos murmullos. Una de las voces creo que era la de la madre de Daniel, no estoy segura pero lo intentaré, no quiero morir de hambre.

-¡Katherine!- grité muy alto, crucé los dedos con la esperanza de que me haya escuchado.‐¡Katherine!

-¿Lili?- dijo dándole unos golpecitos a la pared-¿Estas ahí?

-si señora, oiga- le dije arrascamdome la cabeza y soltando una pequeña risilla- ¿le puede decir a su hijo que venga por el balcón?

-¿Por el balcón? Eso es peligroso- su voz era opaca. Claro, estaba al otro lado de la pared.

- Solo dícelo.

Me había acordado que dejé la puerta abierta de el balcón y la del baño no tiene cerradura a si que no había problema en eso. Lo malo es que estoy desnuda y la toalla está afuera.

Sip, me da mucha vergüenza mi estado en estos momentos pero no tenía opción ¿o si? Tampoco es que soy fan a que me vean desnuda, con cara de zombie y pelo marañoso. Hay una gran diferencia en bañarme junto a él a los 2 años y que me vea ahora desnuda.

.....

Ya han pasado 15 minutos, ¿no va a venir? Es que el se atrasa siempre...

-¡Ya llegué! ¿que pasó?- escuché sus pasos por todo el cuarto.

-Estoy aquí- Dije ya un poco más calmada.

Entró por la puerta del baño, los ojos se le querían salir de la cara. Me observaba de arriba a abajo, de abajo a arriba y así se pasó un buen rato.

-Daniel. Deja de mirar, no te hagas el bobo y abre la maldita puerta- traté de cubrirme lo más que pude pero no resultó muy efectivo, estaba un poco nerviosa. Primera ves que un hombre me ve desnuda.

-Si hubiera sabido que estabas en este estado hubiera llegado más rápido- soltó una risita pícara.

Me pegué un poco a la pared y le señalé la manilla para que abriera. Empezó a caminar lentamente hacia mí, me imitó con el gesto de pegar el cuerpo al cristal. Me estaba mirando con esos profundos y expresivos ojos. La sonrisa le llegaba casi a las orejas.

-¿Estas encerrada?- expresó con sierta burla.

Su boca cada ves que expulsaba aire empañada el cristal del otro lado. Tenerlo tan serca de mi sigue dándome sierto efecto, y siempre lo dará.

-¿Me vas a dejar morir aquí encerrada?- le devolví la sonrisa pero esta vino cargada de cinismo. Luego dejé un pequeño beso en el lugar donde se encontraba su boca al otro lado del cristal.

-Los locos no merecen un final feliz...

-Pero yo no lo soy- Dije interrumpiendolo. Le hice un puchero- ¿me vas a abrir?- Le volví a señalar la manilla.

-Esta bien. Pero con una condición.

Este nunca gratis hace cosas

-¿Cuál es? Nada de sexo- trate de sonar lo más dura posible.

-No te preocupes, todavía es muy temprano para que andes en silla de ruedas jjj- soltó una risita, pero a mi no me dio gracia. Garraspeo la garganta y prosiguió- me tienes que...- con el dedo índice se palpó los labios.

¿Me estaba pidiendo que lo bese? Eso no es tan malo pero...

-Está bien- Dije antes de arrepentirme por mis propias palabras.

Su sonrrisa se ensanchó y después de unos segundos observandome como un expectador abrió la puerta de cristal con facilidad.

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