Capitulo 9

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Sus ojos se perdieron en los míos, sus brazos se enlazaron alrededor de mi cuello, sus manos jugaban con mi cabello, y en un descuido, sus labios se posaron en los míos. Sarah estaba besándome.

... Sarah ... — susurré en sus labios.— ... ¿por qué?

Estaba nerviosa, se notaba en su respiración cómo empezaba a agitarse. Se separó de mí y camino a la orilla del agua, se sentó y mientras hundía sus pies me llamaba a sentarme a su lado.

Lo siento Peter. — dijo apenada.— No sé qué fue lo que ocurrió... ósea, el por qué lo hice. Sólo fue un impulso, quizás por el momento y la tensión del ambiente.

Me senté a su lado en silencio. Ese beso me había confundido, pero no por el echo de si sentía algo por ella, se que no es así. Ninguna persona puede querer a otra en un lapso tan corto, pero no negaré que me confundió y me sacó de mi mundo. Estaba atónito, las palabras no salían de mi boca, pareciera que se habían esfumado completamente. Tenía que decir o hacer algo para romper la tensión.

Yo ... — la abracé a mi con fuerza.— no sé qué decirte. Me tomó de sorpresa tu acción, y no mentiré que me siento muy alagado por esta, pero no estoy nada listo para comenzar algo. 

No quiero comenzar nada, solo fue un beso de momento. — dijo a la defensiva, su cara se tornaba de un color rojo carmesí, tan tierna.— No te claves.

Reí suavemente. ¿En serio dijo que no me clavará?

La miré por unos segundos, la luz de la luna caía sobre ella, y la hacía ver aún más hermosa de lo que ya era, se merecía todo el amor del mundo, pero yo no puedo dárselo, menos ahora. La abracé en silencio junto a mi, con fuerza, quería que ese abrazo le dijera todo lo que no podía decirle con mi voz. No quería romperla, no se lo merecía.

¿Podemos quedarnos así un momento más? — preguntó Sarah.— Soy yo la que necesita un abrazo así.

No dije nada, solo suspiré y la abracé con mas fuerza junto a mí. Creía ahogarla, pero ella estaba disfrutando de ese abrazo, tanto como para quedarse dormida sobre mí.

Estabas cansada... — dije en un susurro acariciando su cabello.— ¿que es lo qué pasa, pequeña? ¿Te provoqué esto yo?

Dormía en mis brazos con un tranquilidad, como si estuviese esperando este momento por mucho, a pesar de conocernos poco. Le acariciaba el cabello y pensaba en lo que había pasado, en cómo me besó, en la textura de sus labios, eran tan suaves y delicados.

Ay Sarah... si tan solo hubieras aparecido en otro momento de mi vida... — dije con pena— sería el hombre más feliz por tenerte conmigo.

Me sentía horrible por dentro, tener que romper a alguien tan linda como ella era demasiado para mi. A pesar de que dijo que solo había sido por el momento, yo sentía que no. El brillo de sus ojos había cambiado, y ya no me miraba como lo hacía al principio.

Discúlpame — hablo adormilada.— no me di cuenta de cuando me dormí. Has de estar todo adolorido...

No te preocupes, me gustó cuidarte entre sueños. — sonreí.— traje golosinas para pasar el rato y comer algo, deja voy por ellas al carro.

Me levanté con cuidado de no lastimarla, y al llegar al coche para sacar las cosas me percaté de que mi teléfono vibraba.

"Paulina está llamando"

El corazón se me aceleró, me emocioné por leer su nombre de nuevo en mi teléfono. La extrañaba... la extrañaba demasiado, y daría lo que fuera por escucharle de nuevo. ¿Pero debería de hacerlo?

¿Que ocurre? — escuché a Sarah preguntar detrás de mi— ¿esta todo bien?

Se acercó a mí y miro mi teléfono. 

¿Te está llamando tu ex? — sentí la decepción en sus palabras — Contéstale, te daré privacidad.

¿Me dijo que le contestará? ¿Por qué? 

¿Hola? — respondí la llamada mirando a Sarah subirse a su auto.

Hola Peter... — se escuchó al otro lado del teléfono.— te he echado de menos, ¿te parece si nos vemos para arreglar todo esto y volver?

Su propuesta me calló como un balde de agua fría... en otros momentos, hubiese ido sin dudarlo, pero ahora miro a Sarah en su auto y a Paulina en el teléfono, no sabía que hacer.

¿Peter? ¿Sigues ahí? — la voz de Paulina me sacó de mis pensamientos.— se que te dije que se había acabado ya, pero no puedo estar sin ti. Nada se siente igual... por favor, volvamos.

Paulina yo ... — mi voz casi no se entendía.— No.

¿Qué? — su furia se sentía como si estuviese aquí frente a mí.— ¿como que no?

No. — dije firme y sonando seguro.— Tú dijiste que se acabó, y estos días han sido un infierno, he pasado por mucho, y no, no quiero volver. — colgué el teléfono.

Caminé hasta Sarah y toqué la ventana de su puerta. Ella bajó y se puso frente a mí tomando mis manos esperando que le dijera algo, pero sin preguntarme nada. La miré a los ojos, y me quebré. La abracé con fuerza escondiendo mi rostro en su cuello, y llorando sin parar. Me sentía perdido y decepcionado de mí mismo en todo. Ella solo me consolaba sin decir nada, como si supiera que no que no quería escuchar, solo llorar asta cansarme.

¿Por Qué Te Amo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora