Mi hija es menor de edad.

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— ¡No te lo estoy preguntando mujer! ¡Te lo estoy diciendo! — Jisoo río.

—No lo sé— reí —A Lis no le gustan esas cosas— rodó los ojos. —Mira ¡No tienes derecho a quejarte! — le dije adivinado lo que estaba por decir —Cuando Chaeyoung llegó tú me abandonaste...— le recordé —Así que no te puedes quejar de que paso mucho tiempo con Lisa.

—Lo sé— me abrazo —Pero será mi cumpleaños y no puedes faltar— despeinó mi cabello —No me hagas tener que aclarar cuentas con Manoban. — hizo un rudo tono de voz.

—De verdad me gustaría verte intentando 'aclarar cuentas' con ella— reí. Jisoo no era una debilucha, pero sin duda alguna Lisa era capaz de pisotearla.

—Convéncela, aunque sea solo vayan un rato. — dio un beso en mi mejilla antes de irse a su casillero. Seguí sacando mis libros y guardando los que ya no necesitaría.

— ¿Qué quería?— su voz me hizo estremecer.

—Me aviso que en dos semanas hará una fiesta por su cumpleaños. — me giré sobre mis talones para poder verla de frente.

— ¿Iras?

—No. — di un beso en su mejilla —Iremos... ambas estamos invitadas— agudizó la mirada

— ¿Yo? ¿En una fiesta de Kim Jisoo? ¡Já! No lo creo.

—Sabes... deberías de ampliar tu círculo de amistades— carcajeé

—Eres la menos indicada para dar ese consejo. — se unió a mis risas.

—Solo me refería a Jisoo. — baje la mirada —Me gustaría que ustedes se llevaran bien. — acaricie su mejilla y ella me envolvió aún más en sus brazos. — ¿Eso es posible?— pregunté mirándola con suplica.

— ¿Es posible que tú te lleves bien con "Chuwi"? — me respondió con otra pregunta.

—Lo intente, pero ella me detesta— tal vez no lo había intentado, pero la parte de 'ella me detesta' es verdad.

—Y yo detesto a Jisoo— sonrió hipócritamente.

— ¿Por qué?— indagué casi en un grito.

—No me gusta que sea tan... demostrativa contigo.

— ¿Demostrativa?— una carcajada se escapó de mis labios —Estas celosa— pase mis brazos por su cuello atrayendo su rostro hacia el mío.

—Tal vez— susurro antes de unir nuestros labios.

— ¡Dios! ¡Qué repugnante!— ¿Por qué demonios había nacido?

—No tanto como tu vestido. — regrese a los labios de mi novia. Después de escuchar un 'Ya basta Joy' de parte de Irene.

—Seguro su psicólogo tiene un altar en tu honor...

—No lo dudes.

Las clases pasaron rápido, en realidad todo pasaba rápido estando con Lisa. A pesar de no ser muy extrovertida me mataba de la risa. Sus ironías, sus malas bromas.

— ¿No irás a trabajar? — pregunto Sehun alegremente.

—Sí, solo los dejare en casa y me iré. — Taylor, Sehun y yo suspiramos tristes. Ella solo río. —Ah por cierto Dan quiere reclamarte por su empleo de medio tiempo— ambas reímos.

— ¿A qué hora vuelves? — enrede mis dedos en su cabello mientras hablaba entre besos.

—Ocho tal vez nueve— me respondió y pasó su mano por mi nuca atrayéndome aún más a ella.

—Te amo. — dije haciendo un enorme esfuerzo para alejarme ya que si no lo hacía ahora no la dejaría irse.

—Te amo más. —di un último beso y salí del auto finalmente dejándola partir.

Pasamos una buena tarde, comimos, jugamos, comimos, hicimos tareas, vimos Tv mientras comíamos, incluso me ayudaron los pequeños con la limpieza de la casa. Seguíamos viendo una película, ya no comíamos más ya que la olla de palomitas ahora estaba vacía. Volteé hacia la derecha del enorme sillón y ambos pequeños estaban dormidos. Los párpados me pesaron al verlos tan plácidamente dormidos, cubiertos con una frazada hasta el cuello. Me acomodé en el sillón y seguí mirando la pantalla hasta que prácticamente todo se volvió negro.

POV LISA.

Entre a la sala y solo vi la televisión encendida. Renegué mientras cruzaba la sala para apagarla ¿Les costaba tanto apagarla antes de subir? Al darme la vuelta vi por qué no estaba apagada. Los tres dormían en el mismo sillón. Taylor y Sehun estaban cubiertos por una sabana celeste hasta el cuello y Irene abrazaba sus rodillas, seguro tenía frio.

Después de dos viajes Taylor y Sehun estaban en sus respectivas habitaciones.

Me senté con cuidado en el sofá. No quería despertarla. Solo me gustaba admirarla mientras dormía, siempre he dicho que parece un gatito indefenso. Lo cual era totalmente falso al momento de que sus ojos se abrían.

Acaricie con la yema de los dedos la suave piel de su pierna. Se estremeció un poco, pero siguió como si nada. Me puse de pie y la tomé entre mis brazos. En automático sus brazos se ajustaron a mi cuello, balbuceo algo indescifrable y después solo sentí su respiración chocar en mi cuello.

La recosté con cuidado pero sus ojos se abrieron al contacto con el acolchado.

— ¡Hey!— alargo entre dormida

— ¡Hey!— le sonreí

— ¿Cómo te fue?— se hizo a un lado para dejarme espacio.

—Bien... creo y ¿a ti?

—Muy bien— estaba por recostarme a su lado cuando se escuchó el timbre. Jennie volteo hacia la mesa de noche y vio el reloj. Nueve y veinte de la noche.

—Ya vuelvo. — di un cálido beso sobre sus labios y salí de la habitación.

—Llama a Jennie ahora mismo. — apenas abrí la puerta y ordenó.

—Ella no...

—No te atrevas a mentirme Manoban. — amenazo y entro a la casa. —Sé que ella está aquí, así que hazme el favor de llamarla.

—No quiero ser grosera pero no recuerdo haberla invitado a entrar y no tiene derecho de venir a dar órdenes aquí.

—Oh claro que lo tengo. — su fuerte mirada se clavó en mí, algo tenía en común con su hija. —Mi hija es menor de edad—recalco —Esta aquí... No te metas en problemas y llámala. — se dio la media vuelta para caminar hacia la puerta —Con todo y maletas claro...

Me, myself and her. - JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora