Esa bestia te ama.

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Sus manos se posicionaron en mi cadera y mi cordura que se había ido por unos instantes... volvió.

—¡No! ¡Yo no!—me quite a la velocidad de la luz, prácticamente brinqué de la cama.

—Jennie...— susurro desconcentrada.

—Lo siento... no debí— estaba en pánico. Yo no le pagaría a Lisa con la misma moneda.

—No te disculpes- río —Yo soy la culpable.— se puso de píe y levanto la caja  — Anda a dormir— se acerco a mí y acaricio mi mejilla — Reitero, como envidio a Lisa.— beso mi mejilla antes de salir dejándome sola en la habitación.


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Me gire en la cama intentando escapar por los rayos del sol, aparté mis ojos fuertemente quería abrirlos y encontrarme a Lisa a mi lado o tan siquiera estar en mi habitación. Que todo hubiera sido una simple pesadilla. Por más que intente dormir más y retrasar el momento de desilusión, los abrí encontrándome con las paredes blancas de la habitación con Irene.

Una lágrima se escapó pero inmediatamente fue absorbida por la almohada, frote mis ojos al mismo tiempo que me sentaba en la cama y... ¿Ahora qué haría?

-Bien...tienes que elaborar un plan- aporto mi voz interna- Uno bueno, que solucione eso - Perfecto ahora sabía que tenía que tener un plan, pero no tenía ni la mínima idea de cómo o que hacer. - Irás a casa de Lisa, pidieras una explicación y la escucharás - respire profundamente antes de ponerme de pie.

Estaba dispuesta a escuchar, dispuesta a perdonarla, no me dignaría a perderla. Mi reacción al verla en esa situación fue enormemente pacífica, si meses atrás hubiese sucedido eso ni Joy ni Lisa estarían respirando en este momento.

Tomé del buró de noche mí celular: dieciséis llamas pérdidas de Jisoo, 1 llamada pérdida de Lisa... eso sí me destrozó. Ni siquiera le había interesado en llamarme para aclararlo o simplemente preocupación. Una llamada. Solo un intento. Las ganas de ir a pedir la explicación se fueron. Tal vez la explicación me heriría aún más, tal vez Joy se salió con la suya una vez más.

Presione remarcar al celular de Jisoo quien parecía preocupada.

— ¿Estás loca? ¿Demente? ¿Tienes mierda en la cabeza? — estaba molesta.

—No, no y no— conteste casi en susurro

— ¡Cómo se te ocurre largarte con Irene! - gritó— ¡A la desquiciada de Lisa le salía fuego por la boca!

— ¡No me regañes! ¡Tú no sabes lo que pasó! — dije intensamente pero sin gritar.

— Si sé lo que paso.— Contestó con un tono menos fuerte — Al menos una parte.

—¿Y qué querías que hiciera? ¿Qué me quedara ahí como si nada hubiera pasado? ¡Me fui porque no quería arruinarlo! — otro par de lágrimas se deslizaron por mí mejilla.

—¡Cualquier cosa menos irte con Irene! — volvió a gritar por lo que tuve que alejar el celular de mí oído, no quería quedar sorda.

—¿Cómo supiste que pasó? — pregunté tristemente, me avergonzaba mucho.

— Ella me dijo— suspiro — Llegó conmigo buscándote hecha una mierda, salimos y Chad nos había dicho que te habías ido con Irene — rio —Ella hizo polvo su celular ¿Sabes? — eso explicaba la ausencia de llamadas.... No. En casa también hay teléfono, no hay excusas. — Le dije que me explicara que te había hecho para que te hubieras ido con Irene, me explicó y le revente el labio.

— ¿Qué? — ahogue un grito.

— Después ella casi me estrangula..

— ¿Qué?

— ¿Sorda acaso? — Irónicamente — Después se fue. — terminó de contarme.

— ¿Qué hago Chu? Dime qué hacer — en mí voz se escuchaba desesperación, una gran desesperación.

— Ella te ama. — dijo después de unos minutos de silencio— Yo la odio, pero tengo que admitir que esa bestia te ama — ahora ya tenía una llamada incontrolable— No sé qué fue lo que la llevó a la situación de anoche...— suspiro — Pero yo te recomendaría escucharla.

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— Gracias por traerme.


— No fue nada — sonrió — Y suerte. — señaló con la barbilla la casa.

— Gracias. — realmente la necesaria.

Me di la vuelta y caminé hacia la casa, debo admitirlo bastante insegura. Sacudí mí cabello aún húmedo y lo acomode sobre mis hombros.

Finalmente llegue a la puerta y pensé dos veces ¿Tocar la puerta o entrar con mi llave? ¿Dónde demonios estaba la Jennie segura de sí misma? Busque las llaves en mí bolso pero no estaban, de último recordé haberlas dejado en la cocina.

Toque el timbre y a los exactamente 50 segundos Lisa abrió la puerta, mí estómago se retorció y una fuerte punzada en mí pecho me hizo llevar mí mano a este como si amortiguara el dolor.

Me miró de pies a cabeza con un rostro indiferente, sin pronunciar media palabra se dio vuelta y la vi entrar a la casa.

Mis ojos se cristalizaron en segundos... A ella ni siquiera le interesaba darme una explicación.

Me, myself and her. - JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora