- ¡Uno! ¡Dos! ¡Uno! ¡Dos! - se escuchaba decir al maestro de educación física mientras corríamos por el campo. Hoy estaba más exigente de lo habitual, cosa que me llamaba la atención.
Suspiraba y expiraba mientras corría en la pista. Tenía que relajarme y no dejarme llevar, de lo contrario llamaría demasiado la atención. Lo que me dijo ese Forastero aún seguía retumbando en la cabeza; "agitaste el panal, las abejas están molestas".
Estaba absorto en mis pensamientos hasta que el sonido del silbato sonando del profesor me hizo regresar a la realidad. Los ejercicios seguían por las 2 horas restantes de su clase, realmente se ensañó con nosotros. La clase terminó, unos están hablando con sus amigos, otros están sentados en el suelo o tomando agua.
Mientras destapada mi termo para beber agua una ráfaga de viento levanto algo de polvo, cayendo algo en mis ojos. Mientras me rascaba los ojos, pude jurar haber visto una silueta, pero fue solo cuestión de parpadear para que ya no estuviese ahí. Quizás solo fue un sucio.
Para asesorarme de que no fuese nada peligroso, activé la visión siniestra. Despejado, no hay nadie en los techos. Solté un suspiro de alivio. Miré hacia una ventana que daba con un salón de clases, y vi a Natalia viéndome desde allá. Me saludó y yo se lo devolví.
El día continuó su curso, excepto del hecho de que no podía quitarme un mal presentimiento de encima desde que creí ver algo en los techos.
- Tendré que buscar a ese enmascarado... - me decía a mi mismo en voz baja sin darme cuenta.
- ¿Dijiste algo? - me dijo un compañero de clases a mi lado, igualmente susurrando. Estábamos en clase de historia, la última clase del día. La maestra nos había puesto un documental sobre civilizaciones antiguas, en la cual mencionan al Forastero por ser parte de una religión y folclor casi extintas.
No quería decirle sobre lo que estaba pensando, naturalmente el tampoco me creería.
- Nada... Solo que hoy tuvimos el día muy pesado. - dije para sacarme de esa situación.
- Si, demasiado. - me respondió el. - ¿Sabes algo, Jonathan? -
- ¿Uh? - dije, levantando la cabeza y viéndolo.
- Sé lo que sucede. Quizás tenga lentes, pero no soy ciego. - dijo señalando sus lentes.
- No te entiendo, ¿Que quieres decir? - Pregunté con un poco de nervios.
- Es por ese día, ¿no? El día que nos atacaron uno de esos "agentes del vacío", o lo que fuera... ¿Es por Valentina? - Dejé escapar un suspiro.
- ¿Como lo-
- Era bastante obvio, incluso compartían un collar. No quiero meterme en ese tema demasiado, pero verte en ese estado me resulta algo molesto. No te culpes, todos estábamos asustados ese día.
Ella era noble y amable, estoy seguro que ella saltó para proteger a ese forastero por un motivo. Si ellos se conocían, no lo sé. Pero sé que no se arrepiente de esa desición. - dijo para seguidamente darme una palmada en el hombro. El me vió de reojo. - Está bien llorar. - agregó.
- Oh... - No me percaté, las lágrimas se escapaban de mis ojos, deslizándose por mis mejillas y cayendo en mi pupitre. Observé lo que era su asiento, tenía encima una sábana blanca, con un florero con una rosa sobre su pupitre.
La campana sonó, dando fin a la jornada. Yo tenía la cabeza agachada, todos se fueron. Las lágrimas salían sin perdón ni permiso, mi tristeza también.
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El forastero
Randomesta es un tipo de parodia a dishonored, en el siglo XXI sin el aceite de ballena o los inventos de Piero y sokolov, en un mundo alternativo , si no les gusta se aguantan y miran otra historia Prros