esta es un tipo de parodia a dishonored, en el siglo XXI sin el aceite de ballena o los inventos de Piero y sokolov, en un mundo alternativo , si no les gusta se aguantan y miran otra historia
Prros
- ¿Por qué...? No lo entiendo... - Lágrimas caían por mis mejillas.
- ¿Que cosa? - dijo aquella voz.
- ¿Por qué simplemente no puedo morir de una vez? ¿No sería más fácil para todos si yo simplemente me fuera de aquí? No tengo un propósito.
- ¿En serio piensas eso de ti? ¿Estás diciendo que tu vida no vale nada? ¿Que pensarían tus padres? ¿Valentina dió su vida por nada?
- Pensarían que soy un monstruo.
- No lo eres. - dijo aquella suave voz, se me hacía conocida.
- ¿Va - Valentina...? - tres sombras se formaron detrás de ella, era mi familia.
- No es tu culpa que esto pasará, hijo. - dijo mi padre, mientras ponía su mano sobre mi hombro.
- No te mortifiques, corazón. Te estaremos apoyando desde este lado. - dijo mi madre, mientras tomaba mis manos, ensangrentadas por mi propia sangre.
- Ni se te ocurra aparecer por aquí por los próximos 60 años, o te devolveré a patadas a tu cuerpo. - dijo mi hermano mientras me despelucaba.
Todos desaparecieron en un parpadeo, todos excepto Valentina, quien estaba arrodillada frente a mi, dándome la cara.
-Te estamos cuidando, Johnny. - dijo mientras sonreía, ella sabía que no me gustaba que me llamaran así. Ella tomó el collar que me regaló hace tiempo. - Ten, te quedará mejor a tí que a mí. Por cierto, fueron hermosas las flores que me llevaste. - su dedo tocó mi collar, y este se volvió de un color morado. Las grietas que tenía desaparecieron completamente. - No importa el camino que elijas, o en qué te conviertas, estaremos siempre velando por ti. Te amo... Por cierto, dile a Natalia que no es su culpa.
Limpió las lágrimas que se escapaban de mis ojos y me dió un beso. Un beso cálido, lleno de amor. Abrí los ojos otra vez, estaba donde Valentina había muerto. La hoja de mi espada no atravesó mi pecho, solo rozó un costado. Realmente no quería morir.
Me senté y mi espada desapareció, estaba recordando ese cálido instante que pasé con mi familia y Valentina. Me puse los dedos en la boca, recordando esa calidez. Yo pensaba que era una alucinación por el shock de casi suicidarme. Creí que nada de eso fue real, hasta que vi mi collar. Un morado fuerte, con una gran "J" blanca en el centro del mismo. Parecía emitir un brillo propio, y estaba escrito con la letra de Valentina.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Viendo bien esto, las grietas desaparecieron. Esto no era ninguna ilusión, ningún truco, ningún engaño, ellos estuvieron aquí.
Desconozco si en el fondo fui yo, teniendo miedo de morir, o si fueron ellos quienes la desviaron, pero sea como fuese, estoy aliviado de que fuese así.