- Explicate, ¿Que quieres? ¿Por qué estás aquí? - dije listo para cualquier ataque.
- A ver. Primero que todo, cálmate. Segundo, solo vengo a saludar, ¿No puedo venir a ver a mi querido amiguito? Vengo en son de paz. - dijo mientras usaba ese poder de volverse una estela de luz para acercarse a mi, instintivamente si un salto retrocediendo.
- ¿Por qué debería creerte? - A este punto ya había activado el ataque voraz. Aquellas ratas esperaban mis órdenes para atacar, pero algo se veía raro en ellas, pero no sabría decir el qué.
- Ok... Te diré un secreto para que confíes en mí. ¿Ves esas cosas brillantes que parece nieve brillante? Absorben lentamente tu energía. Puedes salir del radio de alcance para estar bien. Pero si yo salgo, esta habilidad desaparecerá. ¿Ahora confías en mí, aquel que te dijo como funciona una de sus habilidades?
- Eso explica la fatiga que siento... - dije en voz baja. - ¿Que es lo que quieres?
- Vine a advertirte de algo. -
- ¿Eh...? - usó esa habilidad de volverse una estela y se puso frente a mi, es mucho más rápido de lo que pensé, o solo es que estoy cansandome.
- Agitaste el panal, las avispas están muuuy pero que muuuy molestas. Para todos éramos solo un mito, hasta que apareciste peleando con un ladrón en este lugar hace ya un tiempo. Ellos vendrán, tarde o temprano, siempre lo hacen. Te buscarán, te encontrarán, te estudiarán, te usarán o te matarán, a ti y a tus allegados, como esa muchacha pelirroja con la que estabas cenando. El hecho de que estés aquí está poniendo a tu gente en peligro. - dijo mientras me daba unas palmadas en el hombro.
- Estaré pendiente a lo que hagas, pero ellos lo estarán más. Pronto vendrán, así que por ahora mejor ten un perfil muy bajo, más ahora que veo que estás viviendo en el ojo del huracán. Ten, le darás un mejor uso que yo. - dijo mientras me ponía una memoria USB en la mano. - Tik tak, muchacho. Se te acaba el tiempo. - Dijo para finalmente irse en esa estela. Aquellos atisbos de luz se desvanecieron en el aire como si fuese nieve expuesta al sol.
Esas palabras se grabaron a fuego en mi mente. Los decanos, me había olvidado completamente de ellos. Desconocía que tanto sabían de mí, o si ya sabían quien soy a estas alturas.
-En los recuerdos del clon de Rak'hal no había nada relacionado con ellos... Entonces, ¿que es esto? - dije mirando la USB que me había dado ese sujeto. Caí sentado por la impresión.
- Se avecina una gran tempestad. - escuché la voz del corazón, casi me da un infarto.
- Supongo que sí.- me dije a mi mismo. - La he cagado en grande al dejarlos pasar. -
Usé el paso sombrío para bajar del edificio inadvertido, materializandome cerca de la puerta de entrada. Me sacudí la ropa y entré como si nada. No había mucha gente, habían 6 personas en la sala principal, 7 si me incluyo. Natalia estaba sentada en el sofá, esperándome. Apenas entré, ella se puso de pie y caminó hacia mí.
- ¿Y bien? ¿No eres un clon esta vez? ¿Que pasó allá arriba? ¿Que eran esas luces?
- No eran nada en especial, no te preocupes.
-¿Estás bien? Te noto algo pálido. -
- Solo es que no he dormido lo suficiente, no te preocupes. No es nada importante. - dije para seguidamente fingir bostezar para salir rápido de esa conversación.
- Es mejor que vayas a dormir, descansa. - Se que no la había engañado con eso, pero decidió creerme. Me dió un abrazo despidiéndose, últimamente se ha pegado a mi, yo también a ella. Sé que en algún momento tendré que alejarme de ella para protegerla, pero no sé si estaré listo.
ESTÁS LEYENDO
El forastero
Randomesta es un tipo de parodia a dishonored, en el siglo XXI sin el aceite de ballena o los inventos de Piero y sokolov, en un mundo alternativo , si no les gusta se aguantan y miran otra historia Prros