Parte VI

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 Día 2.

A la salida, con todos hablando en voz alta y yéndose a sus casas, Nick por fin me alcanza. Justo en el estacionamiento, cuando estoy buscando a Liam con la vista. Nick tiene una sonrisa en su cara, luce tan radiante y alegre que casi olvido todo en segundos, y lo único que quiero hacer es abrazarlo con fuerzas.

—Oye, no te vi hoy en el almuerzo —hace un pechero con los labios, frotando mi hombro—. Yo tenía algo que decirte.

—Oh —murmuro, nervioso—. Me sentí mal y tuve que ir a la enfermería… pero estoy bien, nada del otro mundo. Un bajón de azúcar, posiblemente.

—Me alegra saber que estás bien —sus labios presionan mi mejilla, y aun siento como si quemara, en el buen sentido, pero el nudo en el estomago sigue ahí, molestándome y arruinándolo todo—. Yo quería invitarte hoy a mi casa ¿vendrás?

No.

No.

No.

La palabra se repite en mi cabeza, puedo ver incluso como todo vuelve a suceder, puedo sentir sus labios sobre mí y luego el choque. La oscuridad fría y desamparada. Pero… yo podría cambiar eso, si hago las cosas bien.

De repente, en cuestión de segundos, siento que puede haber una salvación.

—Bien —susurro, en contra de todos mis sentidos alertas y mi corazón latiendo con fuerzas—. ¿A las siete está bien?

—A las siete está perfecto, Louis —sonríe, y no es lo mismo que las magnificas sonrisas que me regala Harry, ni siquiera se les acerca. Pero esta es la sonrisa que siempre me ha gustado, la de Nick.

—Te veo entonces —se despide, besando las comisuras de mis labios, como si estuviera guardando el beso real para otra ocasión. Y si hago las cosas bien, quizás esta vez sea una buena.

Liam y Zayn ya están en el auto cuando me subo en el asiento del copiloto. Liam tiene una sonrisa enorme en la cara, como diciendo “lo vi todo y tú no puedes negarlo” y Zayn sólo se ve como un cómplice.

—Muy bien ¿Qué te dijo? —pregunta Zayn, pareciendo una adolescente hormonal toda emocionada. Ruedo los ojos, sonriendo.

—Nos veremos en su casa… uh, hoy.

—Eso es genial —Liam alimenta la emoción de Zayn con una de sus frases alentadoras que siempre me han parecido de un psicólogo, la forma en la que siempre intenta saber lo que te está pasando con palabras suaves y aplaudiendo tus éxitos, intentando ayudarte en tus problemas y señalándote tus errores—. Espero que tengan una linda velada.

Zayn lo golpea en el hombro, haciendo que Liam se queje.

—No digas estupideces —le reprocha—. ¿A quién le hablas? ¿A tus abuelos en una cita? Estamos comentando de Louis aquí, y el posible hecho de que no será virgen para mañana.

Liam tose, incomodo, mientras está saliendo del aparcamiento. Me remuevo en mi asiento, mis hombros se bajan con desdicha y mis manos parecen querer volver a temblar. Intento borrar cualquier imagen de luces y sonidos en mi mente. De repente la idea de ir a la casa de Nick no parece tan genial.

Puedes cambiar esto, Louis. Me recuerdo. Zayn sigue hablando y bromeando, y le regalo una sonrisa falsa para hacerlo callar. Al final, cambia de tema, anunciando su diez en química.

— ¿Por qué no vamos a BurguerLand para celebrar el diez de Zayn? —Liam exclama, feliz. Estoy por decirle que de todas formas iremos allí como siempre, pero cambio de parecer, no creo que pueda soportar el olor a la grasa pesada y ni siquiera podría darle un mordisco a mi hamburguesa.

Down to the sea bed. / larry stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora