Epílogo.

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Epílogo.

La muerte no era en lo que pensaba a menudo, quiero decir que si creías que al morir todo lo que viviste iba a llegar a ti como una película de treinta segundos, quizá te han mentido, porque yo no puedo ver lo malo de mi vida, no puedo ver nada de dolor entre los recuerdos, sólo veo felicidad. Esa vez cuando tenía cuatro años y sentía que mi cuerpo estaba volando en un columpio, con mi risa por todas partes, a mi mamá abrazándome en las noches, el aroma del café por las mañanas, a mi hermana y sus gestos divertidos, sus esmaltes de colores y los días de lluvia cuando aun entraba a mi habitación a media noche porque tenía miedo de los truenos y nos quedábamos hasta la madrugada contando historias, a esas luces parpadeantes que notaba cuando abría los ojos luego de frotármelos.

Luego veo a Liam, con sus abrazos fuertes y su balón de basquetbol rebotando por todas partes, y diciéndome "Yo te voy a proteger" cuando me sentía demasiado chico y débil. A Zayn y sus ojos mieles, ambos caminando por la carretera, él dándose la vuelta y gritándome "Yo solo me preocupo por ti" y entonces envolviendo sus brazos alrededor de mis hombros, "Eres el gran Louis Tomlinson ¿Qué podría salir mal si estás aquí?", Las latas de gaseosa esparcidas por el suelo, mirando televisión y riendo en el sótano.

El escenario y el hecho de sentirme como si fuera imparable cuando subía a escena. Las canciones, mis pies sobre grietas de cemento, mi primer beso, la vez que le confesé a mamá que me gustaban los chicos, sus ojos llenos de amor y su abrazo, sus palabras suaves y reconfortantes, cuando le pregunté si algo estaba mal en mí, si ella me odiaba, pero resulto ser todo lo contrario, y todo igual, al mismo tiempo, con sus mismos ojos brillantes, prometiéndome que nunca me dejaría de amar.

En verano cuando me quedaba tendido en el suelo, sintiendo el frío de éste sobre mi piel, con los dedos pegajosos por el helado y el cabello haciéndome cosquillas en la nuca.  Y en invierno cuando suspiraba y veía el vaho salir de mis labios, fingiendo que era un cigarrillo, haciendo muñecos de nieve junto a Liam en la casa de su papá, nuestros dientes castañeando, Liam defendiéndome de las personas que trataban de hacerme daño, sus besos en la frente y su amistad irrompible.

Y las pequeñas cosas, como la voz de mi mamá cantando mientras cocinaba y las mariposas en el jardín, cuando intentaba atraparlas y terminaba tumbado sobre el césped, cerrando los ojos para sentir los rayos del sol sobre mis parpados.

Y Harry, sus labios, sus ojos, sus manos, sus besos, su voz, las notas en mi casillero y todo es melodía, sé que incluso después de todo esto voy a recordar, porque de eso se trata, de momentos e historia, y al final las cosas que realmente valoraste y amaste se quedan, no importa el tiempo y el lugar, porque todo se llena de una luz, como los rayos del sol, por todas partes, cubriendo todo por completo.

No importa si ahora tienes un mal día, una mala semana, o incluso un mal año. Siempre va a existir las pequeñas cosas entre el medio, los lugares y las personas que te quitan una sonrisa. Eso estará allí, eso es lo que durara y se quemara en el infinito marcando algo que eres, serás y fuiste.

Y nada te asusta, ni el pasado ni lo que llega después, se siente como gritar con alegría, como ser eterno, como bailar en puntas de pies o flotar sobre el agua, sin un peso alguno. Lo demás es inexplicable, simplemente no puedo describirlo, lo debes descubrir por tu cuenta. Pero te diré algo, cuando tenga que llegar; no te estás rindiendo, solo dejándote llevar.

Fin. 



Notas: Gracias a todos por leer, votar y comentar. Un beso grande.

Down to the sea bed. / larry stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora