Parte IV

5.7K 790 293
                                    

Día 2.

Algo me está sacudiendo con fuerzas, es algo fuerte y cálido a la vez. La oscuridad sigue a mí alrededor, siento como si estuviera siendo arrojado a un abismo, y sientes esa desesperación de no poder sostenerte de nada, sientes como tus manos inexistentes buscan cosas inexistentes mientras tu cuerpo inexistente se deshace. Puedo sentirlo, en ese instante, puedo sentir como me desvanezco en la nada, en una galaxia fría y triste. Y quiero llorar y gritar al mismo tiempo, esta aquel fuego en mi garganta, esa cosa que hace que quiera sacudirme hasta el punto de que todo sea una horrible pesadilla, y aunque nunca he sido tan cercano a Dios, no puedo evitar querer gritar su nombre, una y otra vez, mientras me hago pedazos.

Luego mi respiración vuelve, como esa gran bocanada de aire cuando sales del agua luego de un largo tiempo, y unas manos están rodeando mis brazos, y unos ojos me miran mientras un escalofrío recorre por todo mi cuerpo, pequeños cubitos de hielo que parecen quemarme.

—Louis —Zayn me llama, y lo miro, está allí, frente a mí, tan real—. Louis, ¿estás bien? Dios mío, estas muy pálido ¿Louis?

Por un momento no se qué pensar. Es como si todo mi cuerpo siguiera flotando, y de pronto algo fuerte lo empujara hacia la tierra otra vez, es como si mi garganta volviera a abrirse, mis pulmones parecen quemar por el aire frío que estoy inhalando, y sigo haciéndolo; inhalo, exhalo, inhalo, exhalo, muy rápido, sintiéndome vivo, el dolor me hace saber que estoy allí, todavía. El sudor helado se desliza por mi columna vertebral y en las palmas de mis manos.

Zayn me sigue llamando, se que está cerca, pero aun no comprendo nada. Miro a mi alrededor, cuatro paredes, no parece un hospital. Es mi habitación, estoy en mi habitación, en mi cama. Un escalofrío me recorre el cuerpo cuando pienso en el accidente, vuelve a mí con horror: recuerdo a Nick y sus manos, el nudo en mi garganta cuando cerraba la puerta de su casa, recuerdo mi ira inapropiada, luego estaba cruzando la calle y Dios, el auto llego tan rápido, vino hacia mí y entonces…

Entonces estoy aquí, en mi cama, respirando y Zayn me atrae a su cuerpo ahora, me está abrazando con fuerzas.

— ¿Qué ha pasado ayer? —le pregunto, estoy a punto de llorar, puedo sentir la humedad de las lágrimas saladas en mis ojos. Zayn murmura palabras tranquilizadoras, sus brazos cubriéndome, es vivo y suave, su aroma de canela es tranquilizadora, y mi pecho tiembla un poco.

—Tuviste una pesadilla, Lou. Está bien, estoy aquí, no ha pasado nada —acaricia mi espalda, trazando círculos inexistentes con sus dedos—. Ya está bien, Lou. Se terminó.

—No —tartamudeo, mi voz es más áspera, como si no hubiera hablado por un largo tiempo, con el grito desgarrador todavía guardado allí, quemando mi alma—. Ayer… Zayn, ayer…

— ¿Qué sucedió ayer, Lou?

—Yo… Nick…

— ¿Pelearon? —se aleja, mirando con sus ojos de guepardo. El frío me envuelve otra vez, mis dientes castañean un poco.

—No —susurro, frunciendo el ceño ¿Peleamos? Lo hicimos, o más bien, yo me fui—. No lo sé, realmente.

—Muy bien, Lou —me dice, demasiado suave para ser de mañana. ¿Qué hace aquí un sábado, de todos modos? Él por lo general duerme hasta el mediodía los sábados, y por la forma en el que el sol recién se desliza y derrama luces y sombras en mi habitación, a través de las cortinas, puedo decir que aun es muy temprano.

— ¿Por qué no te levantas y te lavas la cara? Yo buscaré tu ropa para ahorrar tiempo, Liam tiene café para ti en el auto.

Frunzo el ceño, restregando mis manos por todo mi rostro, como si quisiera que la frustración se fuera.

Down to the sea bed. / larry stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora