Parte VIII

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Día 3.

Grábame como un tatuaje en tu corazón, como un tatuaje en tu brazo. Porque es fuerte el amor como la muerte, y la pasión, tenaz como el infierno. Sus flechas son dardos de fuego, como una llama divina.

***

Esta vez no falto a Artes, pero me tomo las molestias de atender en toda la clase, aunque quizás solo es una excusa para no hablar con Zayn, que está a mi lado, comentando sobre las vacaciones y me pregunto si todo estará bien, si despertara de algún coma en algún hospital y lo veré allí en realidad, lo escucharé hablar sobre las vacaciones que jamás tomamos porque un auto me derrumbo y estuve un mes internado, con mi madre llorando y rezándole a Dios para que despierte.

Eso suena como una buena opción, pero por el momento todo parece tan real.

— ¿Cómo te fue en el examen de Matemáticas? —me pregunta, inclinándose e hincando su lápiz en mi brazo. Trago saliva, rezando para que no huela en mí el aroma del cigarrillo. Me encojo de hombros, sin mirarlo—. ¿Eso qué significa?

—Creo que aprobé —mentí, solo para no tener que escuchar sus regaños y soportar su mirada acusadora. Suelta un suspiro de alivio, murmurando un “más te vale” antes de volver a colocarse correctamente en su silla.

Luego de cuarenta minutos la campana suena anunciando el primer receso. Salgo de clases ignorando a Zayn, quien me da una mirada extrañada antes de darse la vuelta, esperando encontrarme en la cafetería mas tarde. Pero no es lo que hago, me dirijo a mi casillero, abriéndolo casi con violencia. Siento que algunas personas me miran al escuchar el sonido, pero las ignoro, cogiendo todas las notas que encuentro, todas las notas que juran lo maravilloso y encantador que soy. Entonces los cojo con mis dos manos, en dos puños y me acerco a un basurero, tirándolas todas y quemándolas mentalmente.

¿Para qué quiero más mentiras?

—Creo que te falto esta —Levanto la mirada para ver a Harry frente a mí, parece algo decepcionado y sus ojos no brillan como siempre. Quizás él también ha tenido un día de mierda. Cojo la nota con cuidado, sin leerla y la tiro en el cesto de basura, casi con orgullo—. ¿Qué es todo eso? —pregunta, sigiloso. Sonrío con amargura.

—Mentiras, Harry. Solo eso.

—No lo creo —dice, y luego se muerde el labio inferior, resignado. Sacude la cabeza, sus rizos tapan un poco su frente—. De todos modos, yo te vi aquí, y uh… me preguntaba si… hoy hare una fiesta ya que… es mi cumpleaños… y realmente  me preguntaba si querías ir, será genial que vayas, quiero decir, si quieres.

Todo lo que pienso es un “A la mierda” mientras me encojo de hombros.

—Feliz cumpleaños y… está bien —respondo. Harry me mira asombrado, tal vez porque espero una respuesta negativa, de todos modos, es bonito como sus ojos vuelven a tener vida de algún modo, verdes e infinitos. Su sonrisa se ensancha, mostrando sus hoyuelos.

— ¿Lo harás? —exclama, casi reteniendo otra boba sonrisa. Suelto una risa pequeña, rodando los ojos.

—Lo pensare, sí.

—Genial —Su sonrisa vacila un poco entonces, su mirada parece perderse, hasta enfocarse directamente en mí—. ¿Llevaras a… uh, tu novio?

Alzo las cejas, sorprendido.

—No lo sé, probablemente.

Harry asiente otra vez, jugando con sus pies y haciendo círculos en el suelo. Sigo en mi lugar, esperando que diga algo más. Mirándolo más de cerca, es muy atractivo, con sus labios rosas y rellenos, sus ojos verdes color esmeralda, que me recuerdan a la hierba recién cortada, y sus rizos, perfectamente formados y desordenados.

Down to the sea bed. / larry stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora