Parte X

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Día 3.

¿Dónde van los corazones rotos?

***

En algún momento hablé sobre la vida y como te golpea con fuerza en los momentos más inoportunos, y en algún momento debes estar preparado. Cuando era pequeño, y solíamos ir a la iglesia, recuerdo que allí me leían como seria el día que El Hijo de Dios volviera a la tierra, por lo que recuerdo hablaban sobre una gran cosa apocalíptica, hablaban sobre los cielos haciéndose pedazos y las estrellas apagándose y cayendo para desaparecer por completo, y el mundo convirtiéndose en un vacio de oscuridad, pero lo que más intentaban resaltar siempre, no eran de por si los sucesos, era el momento y lo que siempre me desconcertaba era que no tiene uno, ya que nadie lo sabe, ni los cielos, ni los ángeles, ni el propio Hijo, solo el Padre. Y tienes que estar preparado, despierto, para lo que sea. En cualquier momento.

Porque esa es la vida. Y de alguna forma lo sé, en este momento, bajando las escaleras otra vez. Todo parece volverse más estrecho, parece que todo se está por derretir bajo mis pies, y algo en medio de la tierra está por abrirse y tragarme.

No hay música en la sala cuando estoy allí otra vez. Las pequeñas luces que cuelgan parecen haber perdido de algún modo su intensidad. La gente a mí alrededor se está yendo, todos se dirigen hacia la puerta en silencio. Incluso, en algún punto, puedo ver a la chica que había estado con Harry en el principio, ella parece pálida, y borracha, balanceándose en los brazos de un chico que intenta sostenerla para que no caiga. Zayn se enfoca en mi campo de visión, no está ebrio, es más, nunca pareció más sobrio en su vida y Liam está junto a él, sin rastros de su novia.

Ambos están diciéndose cosas despacio, inclinados el uno con el otro. Me acerco a ellos a pasos rápidos, y Liam suelta un suspiro de alivio cuando me ve.

—Tenemos que irnos —me dice, parece estar a punto de llorar y sus manos tiemblan. Zayn asiente con aprobación, moviendo las llaves del auto en sus manos, causando un sonido titilante.

— ¿Ha pasado algo? Son como, las doce,  ¿Por qué todo el mundo se va? ¿Y la música? ¿Dónde está Harry? ¿Liam, te encuentras bien? ¿Zayn, qué sucede? —Él sacude su cabeza suavemente, tomando mi muñeca suavemente, para que pare de hablar por un momento.

Liam toma aire, como cuando está entrenando en el equipo, todo nervioso y listo. Zayn me da una de sus miradas de cosas malas, porque Zayn tiene miradas y expresiones para todo, y a lo largo del tiempo te las vas memorizando. Y sé que algo está completamente mal.

—Uh, hace un rato, hace como unos minutos, de hecho, llamaron a Harry, ya sabes, no hay nada de malo con eso, podrían ser sus padres, o un amigo…

—Ve al punto —ladro, molesto. Liam se frota el brazo, teniendo un visible escalofrío. Zayn se alza de hombros.

—Supongo que conoces a Niall Horan.

Todo lo que llega a mi mente son ojos celestes y una muralla larga llena de lamentos y sangre rancia. Muevo la cabeza de arriba abajo, como una de esas maquinas, tenso, y ahora soy consiente que estoy conteniendo la respiración.

—Lo encontraron muerto —suelta Zayn, sin expresión alguna—. Hace como media hora. Una cortadura larga y profunda en todo su brazo, desde el comienzo del codo hasta las venas.

Abro la boca para soltar aire y cogerlo otra vez, bruscamente. Al principio no pasa nada en mi cabeza, es como cuando la cámara apunta hacia ti y te golpea con la luz blanca y un segundo más tarde estás parpadeando. Al principio solo estas flotando con la noticia en la mente, y ésta flota y flota hasta explotar y colapsar por todas partes. Luego estoy recordándolo, y aun tengo la sensación de que está vivo, que todo es falso, pero la neblina en mi mente no parece disolverse en absoluto.

Down to the sea bed. / larry stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora