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𝐌𝐈 𝐒𝐎𝐋

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𝐌𝐈 𝐒𝐎𝐋

Terminando las clases, salí del establecimiento, suspirando de alivio al quedar libre, me dirigí a una tienda cercana, aprovecharía de comprar algo para la cena, aunque se me apetecía Yakisoba, compré lo que necesitaba de la tienda, tardando lo me...

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Terminando las clases, salí del establecimiento, suspirando de alivio al quedar libre, me dirigí a una tienda cercana, aprovecharía de comprar algo para la cena, aunque se me apetecía Yakisoba, compré lo que necesitaba de la tienda, tardando lo menos posible, pagué y guardé el dinero restante, tomando el mismo camino me dirigí a casa.

Llegando a mi hogar, me adentré y dejé las compras sobre la mesa, se sentía bien llegar y no ver a nadie, estar sin mi padre cambiaba todo el ambiente a mi alrededor. Dejé mi mochila en el cuarto y busqué un contacto en mi móvil, al encontrarlo, marqué, estuve unos segundos esperando hasta que por fin contestó.

Hola preciosa, ¿todo bien? — Se escuchó desde la otra línea.

— Kei-Kei. — Sonreí al escuchar su voz. — ¿Dónde estás? 

Llegando a casa, linda. — De fondo se escucharon quejidos de dolor.

— Oh, He comprado Yakisoba, ¿Gustas pasarte por mi casa? Él... No está. — Invité.

Acepto linda pero estoy con un amigo, ¿Puedo invitarlo? — Preguntó dudoso.

— Claro, no hay problema. — Acepté.

Ahí estaremos, hermosa. — Colgó.

Dejé mi móvil en el mesón de la cocina y comencé a poner la mesa, tres puestos para cenar cómodamente, pronto se escuchó la puerta, me aproximé y abrí, sorprendiendome al encontrarme a Chifuyu acompañando a Baji, este simplemente desvió la mirada.

— Chifuyu. — Mencioné en bajo.

— ¿Hmm?  ¿Se conocen? — Preguntó curioso.

Antes de responder, me fijé que Chifuyu tenía el rostro con rasguño, ¿tuvo pelea callejera?, mirando a Baji vi que este solo tenía sangre, seguro de otro.

— Pero que demonios pasó Kei-Kei. — Fruncí el ceño mientras me hacía a un lado para dejarlos pasar.

Baji soltó una risita. — Digamos que salvé a este chico, unos bandidos le estaban esperando afuera del edificio. 

Escuché con atención sus palabras mientras los guiaba hacía la sala.

— Te dejaron mal, Chifuyu. — El mencionado todavía no hablaban.

— ¿Ya me dirás de dónde lo conoces? — Preguntó Baji.

— Ah, pues vamos en la misma clase y eso. — Respondí. — Hemos hablado un par de veces.

— Que bien, este chico es agradable, me ha ayudado en mi escritura antes. — Mencionó, mirando hacía el pasillo. — ¿Puedo ocupar el baño?

Enarqué una ceja, ¿Chifuyu ayudando? Y yo que pensaba que repartía golpes a lo desgraciado.

— Si, ve mientras yo me encargo de él. — Señalé al rubio.

Baji asintió y se encerró en el baño, seguido saqué un botiquín de un mueble, abriendo la cajita saquen algodón, humedeciéndolo con alcohol, luego me acerqué a él, pidiéndole que se sentara en el sofá más grande, al hacerlo me senté a su lado y comencé con el primer rasguño, este se quejó.

— Más despacio, Matsuo... — Me llamó por el apellido, no me sorprendía pero me causaba ternura viniendo de él.

— Te pasa por descuidado, siempre te metes en problemas, ahora te aguantas. 

Toqué varias veces el rasguño de él, con cuidado, lo mismo hice con el resto, desinfectando poco a poco.

La mirada de Chifuyu comenzó a colocarme nerviosa, además de estar demasiados cerca, intenté concentrándome en lo que hacía para no lastimarlo más.

— Lo siento. — Soltó de repente.

— ¿Eh? — Me detuve, para mirarlo.

— Siempre que me meto en problemas, tu me salvas, si no fuera por ti, seguro me suspenderían de clases. — Explicó.

— Chifuyu. — emití una risa nasal. — Como presidenta me preocupo por todos, no  me gustaría que bajes tu rendimiento por una tontería.

Humedecí otro algodón con alcohol, volviendo a limpiar sus heridas, al parecer él iba a decir otra cosa pero Baji salió del baño, acercandose, esta vez estaba limpio.

— Preciosa muero de hambre. — Se quejó.

— ¿Preciosa? — Repitió Chifuyu.

— Kei-Kei ya estoy terminando. — Dije, antes de que se adelantara a comer. — Antes de que pienses algo, Keisuke y yo nos conocemos desde que me mudé a este edificio, me ayudó... Bueno, cuando no estaba mi padre, además solía visitarlo de vez en cuando.

— Hablando, ¿Dónde está? — Preguntó Baji con una mueca.

— A salido de la ciudad, me mencionó de que consiguió un trabajo aunque ya sabes lo que me dijo, lo de siempre. — Solté con referencia a las amenazas.

— Si me dieras permiso, lo destrozaría a golpes. — Tronó sus dedos.

— Kei, no todo se resuelve a golpes, además recuerda que es mi única familiar, debo aguantar.

— Hmm... ¿De qué me perdí? — Preguntó Chifuyu.

Tanto yo como Baji lo miramos ante su confusión, ¿sería buena idea decirle? 

𝐌𝐈 𝐒𝐎𝐋 ┊ Chifuyu Matsuno. ☑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora