𝐌𝐈 𝐒𝐎𝐋 ┊ Chifuyu Matsuno. ☑

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𝐌𝐈 𝐒𝐎𝐋

Pasé el día completo con Chifuyu, me hacía feliz estar a su lado, al rato Baji se nos unión después de clases, trayendo golosinas y Yakisoba para cenar, estos chicos me consentían demasiado, se los agradecía enormemente. Al anochecer por completo, Baji se marchó y una vez más me acosté con Chifuyu, su compañía me quitaba el miedo de que en algún momento mi padre se atrevería a hacer algo.

Llegando el día siguiente me dispuse a ir a la escuela con su compañía, a pesar de que los maestros me dejaron días libres, no quería bajar mi rendimiento, además alguien tenía que ayudar con las cosas del consejo estudiantil. Estando en la escuela, me separé de él y fui a saludar a los integrantes del grupo de consejo, Liam se me lanzó encima, llorando de felicidad por verme bien, en cuanto llegó la hora me volví al salón, sentándome en mi lugar.

— Moe-chan, me alegra tanto de que estés aquí, no podría soportar que faltes hasta quién sabe cuanto. — Hizo un puchero.

Sonreí levemente. — No quería perder clases además extrañaría tu presencia.

— ¡Viva! — Celebró.

— Señorita Suki, preste atención y no desconcentre a la señorita Matsuo. — Alzó un poco la voz la maestra.

— ¡Lo siento! — Se disculpó.

La clase continuó su rumbo, aunque Suki me enviaba papelitos pequeños, preguntándome insistente sobre como he avanzado con Chifuyu, por suerte, la maestra no se daba cuenta de esto. Después de varios minutos de estudio, el receso llegó, todos comenzaron a salir luego de que la maestra se haya ido, en eso noté que Chifuyu saldría con sus amigos, por un momento cruzamos miradas donde me sonrió, esa sonrisa que tanto me gustaba. Volví la mirada a Suki, esta levantaba y bajaba las cejas.

— Dios, amiga mía, mira nada más que chico te has pillado. — Molestó.

Me ruboricé levemente. — No molestes Suki.

— Y dime, ¿Cómo besa? — Preguntó de la nada.

No pude responder a eso, ahora que recordaba, no habíamos llegado a ese nivel, ¿Estoy mal?

— Digamos que... — Carraspeé. — Ninguno de los dos ha dado ese paso...

Suki quedó sorprendida por mi respuesta, realizó una mueca mientras ladeaba ligeramente su cabeza.

— ¿Estás de broma? 

— No.

— ¿Segura? 

— Si.

— ¡Pero por Dios! — Exclamó. — Besarse es un paso importante en una relación, ¿Cómo no lo han hecho?

— Pues... Con lo de mi padre... Tampoco se ha podido, además las veces que salimos solo conversamos... Nos tomamos de las manos, nos abrazamos, es algo ¿no? — Murmuré.

— Amiga, estás mal.— Se acomodó en su silla. — Te aconsejo a que te lo comas a besos.

— ¿Qué? — Me sorprendí, sintiendo mis mejillas arder.

— Eso, si no da el paso él, tendrás que hacerlo tu, es importante. — Aconsejó.

— Yo...

— Y hablando de él, ahí viene. — Señaló.

Me asomé por su lado y efectivamente venía entrando esta vez Chifuyu solo, se dirigía a mi posición, lo cual, me colocaba nerviosa por lo que había dicho Suki antes. Este se posó frente y me dio una cajita de jugo.

— ¿Te gusta este? Creo que es tu favorito. — Dejó la cajita sobre mi mesa, la tomé y si, era el sabor que me gustaba.

— Si es mi favorito, muchas gracias. — Le dediqué una pequeña sonrisa.

— Por cierto Chifuyu. — Habló Suki, llamando su atención.

— ¿Qué? 

— Moe tenía algo que decirte. — Me miró y sonrió cómplice. 

— ¿Si? ¿Qué es? — Chifuyu volvió la mirada a mi.

— Yo... — aclaré la voz. — Quería saber si luego de clases podemos pasar al parque.

— Claro que si, donde quieras. — Acarició suavemente mi cabeza.

— Bien. — Asentí, sintiéndome feliz de que haya aceptado.

— Que lindo es el amor. — Molestó Suki, provocando que nos sonrojáramos.