𝐌𝐈 𝐒𝐎𝐋
Guardé todas las cosas, dejando el botiquín en su lugar y por fin nos sentamos a comer Yakisoba.
— ¡Esto esta delicioso! — Los ojos de Baji brillaron.
Comí tranquilamente del mío, en eso torpemente subí las mangas para no manchar mi ropa, olvidándome del moretón y otro más que había un poco más arriba.
— Oe. — Me llamó Baji.
— ¿Si? — Pregunté.
— Eso... — Señaló los moretones, en seguida me maldije internamente por mi torpeza. — ¿Te los hizo él?
— Yo... — Desvié la mirada, este dejó los palillos en la mesa levantándose.
— ¿Quién es él? — Aprovechó de preguntar Chifuyu, seriamente.
— Kei..--
— Muéstrame tu espalda. — Pausó levemente, frunciendo más el ceño. — Ahora.
Su voz dominante me dio escalofrío, daba miedo cuando hablaba así, con cuidado me levanté y me quité la chaqueta del uniforme, dejándolo sobre la silla, me di la vuelta, dándole la espalda a ambos, desabroché la blusa, hasta abrirla completamente, con cuidado la bajé de la parte de atrás, dejando ver mi espalda toda marcada, aún estaba rojiza.
Hubo silencio, un silencio que me dio más miedo, pensé en darme vuelta pero me detuve al sentir que Baji se movía.
— Chifuyu, ¿Viste dónde guardó el botiquín? Necesito que lo traigas. — Ordenó.
El mencionado sin rechistar se levantó y fue por él, esta vez cerré con mis propias manos la blusa, sin abrocharla, me di la vuelta, viendo ahora el enojo en vida, este se me acercó y me abrazó envolviéndome en sus brazos con delicadeza.
— Maldita sea contigo. Te dije que no debías cargar con esto sola, si algo pasa debes llamarme, yo me las arreglaré. — Murmuró, dando un beso en mi cabeza.
— Si te llamo y haces algo, mi padre te hará daño, hasta puede confesar ante las autoridades de que eres pandillero... — Murmuré, escondiendo mi rostro en su pecho.
— No me importa lo que pase, lo único que me interesa es que estés bien. — Confesó.
— Aquí está el botiquín. — Apareció Chifuyu con la cajita.
Baji se encargó en limpiar las heridas en mi espalda, Chifuyu solo observaba, sentado en el mismo lugar de antes, en cuanto acabó, abroché mi blusa, colocándome la chaqueta mientras que el pelinegro dejaba la cajita de lado. Nos volvimos a sentar en nuestros puesto.
— Todavía no entiendo, ¿Quién te hace daño? — Preguntó.
Baji me observó. — Es un buen chico, deberías decirle. — Aconsejó, volviendo a comer.
Volví la mirada a Chifuyu y suspiré. — Te lo diré pero por favor, quiero que este secreto solo sea de los tres, no quiero que se lo digan a alguien más.
Él asintió, atento.
— El culpable de mis moretones, heridas en la espalda y demás, es mi padre. — Confesé. — Siempre ha sido así, desde el primer momento Kei Kei se dio cuenta por eso es que lo sabe. Mi padre es alguien especial...
— No tiene nada de especial, estoy que lo mato. — Gruñó Baji.
— El asunto es que mi padre me prohíbe tanto las amistades como las relaciones románticas, hasta me tiene un horario, si no llego a ese horario, toca castigo. Por eso no salgo, me mantengo encerrada en el cuarto o simplemente me quedó a asear la casa. Excepto cuando él mismo me envía a la tienda por algo.
— En pocas palabras, es inocente y debemos cuidarla de los que quieren aprovecharse de ella. — Explicó Baji.
— Dios, Kei, cállate un rato. — Suspiré nerviosa. — C-Como decía, ahora mi padre se encuentra fuera de la ciudad por eso los invité.
— También debes saber que mientras esté su padre, no se puede visitar, solo queda verla en clases. — Finalizó Baji.
— Baji, deberíamos esperarlo afuera y darle una paliza. — Sugirió Chifuyu.
— ¡Es lo que le dije! Pero ella no me deja y menos a ti, solo queda respetar su decisión. — Hizo una mueca.
— Chicos, me hace feliz haberlos conocido. — Sonreí más relajada ante el ambiente.
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𝐌𝐈 𝐒𝐎𝐋 ┊ Chifuyu Matsuno. ☑
Fanfic𝐌𝐈 𝐒𝐎𝐋 𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫┊Tomoe Matsuo, una chica con una vida complicada, a pesar de todo a caminado por si sola, cargando con el sufrimiento sin embargo, todo cambia cuando él se presenta en su vida. ∎ 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐝𝐨: Terminado. ∎ 𝐀𝐝𝐚𝐩�...