Capítulo 19

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Entro en pánico, él se ha ido, no he cumplido con lo único que me ha pedido y se fue.
Aprieto los labios conteniendo la rabia conmigo misma, tardé demasiado. Doy la media vuelta para regresar al palacio y buscarlo, mi primera cita no puede quedar estropeada.

—¿Llegas tarde y te marchas antes?—Chasquea la lengua—Que malos modales tienes, Tessa.

Me sobresalto por el susto, ¡Sigue aquí!

—¡Me asustaste idiota!—Exclamo tomándome el pecho.

Se comienza a reír—Lo... lo siento—Inspira hondo para dejar de reírse, no lo logra—Es que tu cara...

Su risa es melodiosa, en lo que él se burla de mí, siento el alma volver al cuerpo. Detallo su vestimenta de pantalón blanco y suéter azul oscuro, los pequeños accesorios que siempre lleva consigo me encantan, un anillo reluce en su dedo, no lo había visto antes.

—Ya... ya creo que me calmé—Enuncia intentando hablar normal—Ven.

Toma mi mano y me guía hacia la mesa, se toma la molestia de arrimar mi silla y me hace sonreír.

Se sienta delante mío—¿Puedo decirte algo?

Asiento sonriente, me encanta el mantel con flores bordadas, también las velas que iluminan el lugar junto a la fuerte de colores.

—Era una broma sobre que me fui, en realidad supe que ibas a venir por el otro lado y arreglé el escenario para ver tu reacción. Justo como ahora...

Aprieto los labios y mi rostro se desfigura, ¡Lo mataré! ¡Pasé verguenza y un mal momento a propósito!
El flash de una cámara me ciega al instante, su risa vuelve a sonar y debo estar del color de mi vestido.

—¿¡Me hiciste creer que te habías ido a propósito!?—Chillo.

—Es... es que me imaginaba tu cara—Contesta entre risas.

Me quedo seria hasta que él se calma, no puedo creer que acabo de dejar en visto que me afecta.

—Si te sirve para no molestarte conmigo, ten, esta es la rosa que traje para ti, la otra era una sin importancia—Saca del bolsillo de su chaqueta una hermosa flor roja carmesí.

Me sonrojo de la verguenza causada anteriormente.

—Gracias, pero no creas que estaba triste porque te fuiste, solo...

—Molesta contigo misma, claro—Sonríe y me tiende la rosa que tomo.

Dos personales del servicio se acercan, colocando en la mesa una entrada y dos copas de champagne.

—¿No hay sangre?—Bromeo.

—Es en el plato principal, el humano estará aquí en unos minu...

—¡¿Qué?!—Exclamo sobresaltada.

Él comienza a reírse, es otra de sus bromas.

Le lanzo una servilleta que arrugué—Estás muy chistoso.

—Estoy feliz—Contesta traquilamente, tomando la bebida.

—¿Y eso es por...?

—La compañía es agradable.

Sonrío y guardo silencio por unos minutos. Me dedico a disfrutar el ambiente, la brisa fresca, el sonido de los árboles y la compañía. Mi copa de champagne se va vaciando a medida que transcurre el tiempo, pronto traen la cena que esperé y ya estoy más relajada.

—Provecho—Decimos al mismo tiempo.

Pruebo la comida y está riquísima.

—¿Puedo preguntarte algo?

TeresiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora