¡FRIJOLES!

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Lunes,14 de octubre.

El fin de semana pude ver a mi papá por ratos, oré junto a él y me alegró que el pastor haya ido a visitarlo, eso generó cierta paz en mi corazón. Incluso, me tocó ir a casa de Melody varias veces para terminar el proyecto, gracias a Dios todo ha salido bien y nuestra maestra nos ha otorgado un diez por haber creado jabones de zanahoria con buena textura.

También tuve una pequeña discusión con Milo, cuando le conté lo que había sucedido con Paterson, mi amigo no pudo contenerse y salió de inmediato hacia él furioso para expresarle todo lo que pensaba. Jamás lo había visto en ese estado. Sus ojos casi se le salían del rostro y se volvió más rojo que un tomate. Salí tras él y evité todo un lío, pero me exhorto a dejarme de tonterías y que la próxima vez saliera de la casa de Melody. Le afirmé que no volvería a pasar, de todas formas, él no dejaba de insistir en que me alejara de ellos dos, quise contarle todo lo de Angelien y que no estaba cerca de ellos porque quisiera, sino porque no tenía más opción, sin embargo, no pude hacerlo. No sabría como iría a reaccionar y eso me da pavor. Si reaccionó así con algo como esto no quiero ni imaginarme como se comportará cuando le suelte todo, él se merece la verdad, no me perdonaría si pierdo la única amistad verdadera que he tenido en un millón de años.

Al salir de la escuela, he regresado a casa a cambiarme de ropa y he venido de inmediato al hospital.

Ya estoy lista, vestida adecuadamente para entrar en la habitación de papá, llevo un gorro quirúrgico, tapabocas, forro para los zapatos y una bata.

Entro a la habitación y me acomodo en la silla de metal que está al lado de la cama de papá. Las flores de la Sra. Weinghart han desaparecido. La habitación está impecable tanto que por poco termino en el suelo por tanto desinfectante.

Sujeto la mano de mi padre. Él está entubado, sus ojos están completamente cerrados y tiene una vía conectada a su mano derecha, en su pecho mantiene varios cables que controlan su ritmo cardiaco, tiene una pierna enyesada y varios raspones en la cara.

Me quedo por varios minutos en silencio, contemplando la respiración de papá, saber que sigue ahí, vivo, hace que se me acelere el corazón de alegría, y el solo hecho de imaginarme que quizás si las cosas hubieran sido un poco diferentes no hubiera estado aquí, tal vez hubiera estado visitando una lápida donde nadie podría escucharme. Sé que todavía no se puede cantar victoria, pero si hay vida, hay esperanza.

—Aba, nada de esto ha sido fácil para mí —le digo a mi papá con tono débil mientras acaricio su mano y escucho las máquinas sonar—, no sabes lo difícil que es para mí verte aquí, estábamos tan bien —los ojos se me humedecen—, no teníamos una vida perfecta, pero al menos era feliz en los tiempos que pasaba contigo papi. Te extraño tanto. —Beso su mano y una lágrima cae sobre ella—. Y honestamente desde de tu accidente todo se ha volteado de cabeza, no sé si para bien o para mal. —Inhalo el líquido nasal que se abría camino por mi nariz—. Melody ya no es tan mala conmigo, sé que nunca te lo dije, pero antes me obligaba hacer sus tareas, por eso nunca tenía tiempo para jugar damas chinas contigo y no sabes lo mucho que me arrepiento por ello. Los doctores dijeron que en unos días intentaran despertarte, si todo sale bien, prometo jugar damas chinas contigo tanto como lo hacía mamá. —Apoyo mi cabeza sobre su hombro—. Sabes, Milo es un gran muchacho, bueno, creo que eso ya lo sabías, pero pienso que está a punto de tener algo con Ria y la verdad si él es feliz yo también lo soy. Y Ria no es una mala chica, me ha llamado Eisi en la sala de emergencia, se sintió bien papá, al fin sentí que era parte de algo. —Le doy un beso en la mejilla—. Cuando despiertes tenemos que ser muy amables y agradecidos con la señora Brouwer, me ha acompañado en todos estos días y me ha invitado prácticamente todas las comidas, aunque la señora Weinghart también lo ha hecho un par de veces... —Los latidos de papá comienzan a acelerarse, por lo que enseguida me pongo de pie, mis nervios afloran y mis latidos aumentan casi como los de papá—. ¿Aba? ¡Aba!

De Enero a DiciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora