Capítulo 20: Curiosidad.

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Capítulo 20: Curiosidad.


Darcy.

Nadie puede asegurarme de que lo lograré, pero lo haré.

Me doy ánimos repitiendo eso al momento de levantarme del banquillo para caminar lentamente por los pasillos.

Miro la hora y apenas son las nueve de la mañana; aún no me quiero ir.

Aún no me apetece tener que dar explicaciones del por qué me he desaparecido parte de la mañana.

Y justamente ahora no tengo ganas de hablar de tía Margaret y de todo en lo que me está envolviendo.

Así que camino por todo el pasillo viendo cada una de las puertas como si de algo nuevo se tratara. Todas están cerradas debido a que es muy temprano para una clase en particular y la mayoría de las asignaturas están vigentes son los fines de semana.

Me sorprendo al notar que fuera de una de las puertas finales hay una gran fila de personas esperando para poder entrar al lugar.

Aminoro el paso hasta detenerme frente a otro banquillo y fingiendo que acomodo mis agujetas miro de reojo como toda la fila de adolescentes entra al lugar pausadamente.

Eso es bastante interesante y fuera de lo habitual.

Cuando todos finalmente entran me acerco hasta la puerta y noto que alguien la ha dejado entre abierta. La miro una vez más; es el mismo lugar donde las chicas de la vez pasada discutían.

Me embarga la curiosidad y no dudo en acercarme un poco para mirar nuevamente la decoración de la gran puerta.

El cambio es bastante notable en ella; es muy innovador e incluso más impactante que la vez pasada.

Las paredes antes cubiertas por un tono azul brillante ahora son plasmadas con un fuerte color morado que simula un cielo lleno de diminutos círculos que parecen copos de nieve, estos rodean justo al centro de atención de todo el dibujo: una chica.

Una chica con ojos cerrados y una gran sonrisa en su rostro, la forma con la que dibujaron la delicadeza de sus brazos los cuales se extienden sobre ella es admirable. 

Lleva un traje plateado y deslumbrantes patines que aplacan la sencillez de su traje. No tardo mucho tiempo en guiar mi vista debajo de los patines cayendo en cuenta de que es lo que hace exactamente la chica del dibujo. Está patinando.

Pero no es eso lo que más llama mi atención.

Está patinando sobre hielo.

Una sonrisa se extiende por mis labios y sin poder detenerlo guío mis dedos hasta la muy bien elaborada pista de hielo.

Las yemas de mis dedos acarician los bordes hechos con plumas de los patines y me exalto cuando la puerta frente a mí se abre.

Aunque no es mucho lo que hace, así que suponiendo que ha sido a causa del viento me debato entre seguir mis instintos y entrar para dar un vistazo o seguir mi camino para irme de una vez por todas.

Y ya había dicho que no quería irme.

Mirando hacia ambos extremos del pasillo y al darme cuenta de que absolutamente nadie me está mirando, tomo con firmeza el pomo de la puerta y almacenando aire en mis pulmones termino de abrir la puerta, entrando al instante.

Cierro la puerta detrás de mí sin darle cabida a los nervios que tengo estancados en el estómago por la reciente invasión a uno de los estudios.

Aunque yo no lo llamaría exactamente invasión.

Lo siento así.

Pero no lo es.

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