Extra

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Dos años después.

La herida había cicatrizado, ya no dolía despertarme en una mañana sin ella. Pero aún así, en secreto, me encargaba de cuidarla. Su tío, la única figura paterna que le quedaba, murió de cáncer de pulmón. Lo supe porque me encargué de pagar su entierro, también me encargué de pagar todos los gastos del hospital cuando estuvo internada por sobredosis, con mi dinero, intenté que no le faltara nada. Hasta que llegó el día, me llené de valor y esperé a que fueran las 3 de la madrugada. Abrí la puerta de la Disquería, el único lugar donde podría encontrarla, y allí estaba, tenía la cabeza completamente rapada, su ropa grande y aquel aroma del que alguna vez me había enamorado. Me acerqué hasta el mostrador, vestía una camiseta de mi anterior disco, nuestras miradas se encontraron, recordé todos los momentos vividos con ella, principalmente el primer día que la ví llorar. Nos quedamos largos minutos en silencio, hasta que las lágrimas inundaron sus ojos. La abracé, la abracé como la primera vez que nos habíamos conocido, como aquella noche en la que me había salvado de mí mismo. 

— ¡Ey! Hola tu.— Dijo sonriendo con todos los dientes. Su mirada estaba cansada de tanto esperar.

— Lamento haber llegado tan tarde.

— El café todavía está caliente, ¿Quieres un poco?

— ¿Hay pastel de chocolate?

— Por supuesto, lo he preparado para tí todas las noches durante dos años. Sabía que algún día regresarías.

— Linda camiseta.— Dije con un nudo en la garganta.

— Es de un artista que se llama The Weeknd, deberías escucharlo. Si quieres puedo sumarle a tu carrito algunos vinilos de él.

— Me encantaría, dicen que es el artista del año.— Un silencio incómodo se apoderó de nosotros.

— Escúchame Abel, lo siento tanto, intenté ser lo mejor para ti y terminé haciendo que me odiaras. Hace años que planeo decir estas palabras, en mi cabeza sonaban mejor, maldición, bueno Robert, concéntrate... Ufff Abel tu eres mi mejor recuerdo, la mejor canción que he escuchado en mi vida y si pudiera volver el tiempo atrás, no habría cometido tantos errores contigo.

— Tranquila no te odio, jamás lo haré. 

— Se que fuiste tú quien pagó todo, estoy en deuda contigo para siempre ¿Sabes una cosa? Antes de intentar suicidarme, por decima vez, tu fuiste mi último aliento. Aunque vengo esperando está noche durante años, no merezco que estés aquí. No merezco que me salves esta noche, tu mereces lo mejor del mundo y yo… Soy insignificante y siempre lo fui a tu lado. Tu eras quien mantenía el brillo de nuestra estrella.

— Amala te lo dijo ¿Verdad? Sigue siendo incapaz de guardar un secreto.

— Lo supe desde el principio, Amala no me lo dijo. Aparte eres la única persona con dinero que conozco.

— ¿Aún me sigues amando?

— Nunca he dejado de hacerlo, aunque haya dicho lo contrario esa noche. Mira escuché tu ultimo disco… La tercera canción habla de nosotros, es bellísima. 

— Cortaste todo tu cabello. 

— ¿Viajaste casi dos horas para ver mi nuevo corte de cabello?

— Puede ser.— Dije entre risas, extrañaba sus bromas.

— ¿Ese disco es para mí?— Mis manos comenzaron a temblar.

— Si, iba a ser una sorpresa pero ya veo que has escuchado mi último disco.

— Gracias Abel, Gracias por todo, me llena de vida que estés aquí.— Volví a sentir el calor de sus brazos, volví a sentir como nuevamente todo mi cuerpo se oxigenaba.

—Tranquila, a veces necesitamos aferrarnos a alguien para poder seguir adelante.

— Lo recordaste…

— Jamás olvidaría tus palabras. — Nos abrazamos hasta que el sol opacó nuestras miradas, la noche había terminado y el amanecer recién estaba comenzando.

Fin...

La Disqueria | The WeekndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora