AÑO 2006
JACOB
No soy nadie para prohibirle que se haga tatuajes pues yo estoy lleno de ellos, pero realmente no quiero que se ponga ninguno así que no me importa. Ya le pedí, le insistí, pero no sede, -lo cual es extraño porque cuando yo le pido algo, ella rápido lo hace-. Ah, pero aún así es una terca, cuando se le mete algo en la cabeza no hay quien se lo saque -si, ni incluso yo-. Pero no me puedo quejar, porque a pesar de ser terca es muy noble.
En cierta manera, admiro a esa chica. Yo pensaba que mi vida era una basura pero, después de que ella me contará y con el tiempo me eh dando cuenta de su historia, a comparación con ella, yo tengo una vida "de rey". Desde que ella me contó parte de su vida yo casi deje de quejarme, porque no tenía derecho a quejarme cuando tenía una buena vida comparada con la suya. Me jode que a pesar de que sus papás son, la tratan, y toda su vida es una completa basura, ella siempre tiene una sonrisa y mira el lado bueno de la situación. Pero me molesta porque las peores cosas le tengan que pasar precisamente a ella, y me molesta que ella las tenga que soportar. Siento una impotencia porque ella no me deja ayudarla. Le eh insistido en que se vaya a vivir conmigo, pero no, es muy terca y no quiere. Pero creo que no quiere porque a pesar de como la tratan ella ama a sus padres. Yo odio a sus padres, los odio con todo mi ser, pero ella a pesar de todo los ama. En este tiempo me eh hecho pasar por amigo de ellos y los eh tenido que soportar para poder entrar a su casa sin miedo a que por mi culpa la golpeen. Ellos "me aprecian mucho" -si es que esas personas pueden querer, lo cual no creo-. Desde el día que me conocieron aceptaron mi amistad con su hija. Tal vez porque piensan que soy como ellos, con tatuajes y drogadicto. Pero bueno, la droga la deje cuando la conocí a ella. Quería ser un soporte para ella, pero obviamente drogadicto no lo iba a ser. Pero bueno, en fin.
—en verdad, mi niña, no tienes que hacer esto, te va a doler mucho—
—por favor, ángel déjame hacerlo— me miro con ojos como del gato con botas y ante eso obviamente no había forma de no doblegarme. Sonrió triunfante cuando se dio cuenta que me convenció -esa es su forma de manipularme y ella lo sabe muy bien... Lo cual no me gusta, porque siempre sabe cómo usarlo en mí contra, pero es que a esta chiquilla no le puedo negar nada-. Jale un banco y lo puse a lado de ella, me senté y la tome de la mano.
—¿ángel?— hablo dudosa, no sé por qué me dice así
—si, mi niña—
—¿donde estuviste el sábado?— Oh no. No sabía si responder a su pregunta. No podía decirle que había regresado a las carreras, se preocuparía. Ella aceptaba mis carreras y me apoyaba, pero hace quince días tuve un pequeño accidente en una carrera, -nada grave- pero ella se preocupo mucho porque me llevaron al hospital. Pero no puedo dejar las carreras, de eso vivo. Se junta muy buena suma de dinero por cada carrera, lo cual me permite arreglar mi coche, tener un departamento, tener todo lo que necesito, darle un poco a mi madre, y algún que otro capricho que deseo.
—¿estás bien, no te duele? Si te duele ellos pararan en seguida— trate de distraerla -un hombre estaba en su espalda y una mujer con su mano, tatuándola-.
—no trates de distraerme, ángel— dijo, con voz dulce —no me voy a molestar si dices que fuiste a una carrera. Es tu vida, tu decisión, y sabes que yo te apoyo en tus decisiones... Aunque no soy nadie como para tener voz y voto en tus decisiones— dijo, con lo último empezó a sonreír, pero yo hice una mueca de desagrado.
—claro que tienes voz y voto en mi vida, eres muy importante para mí y lo sabes— respondí, con su mano libre acaricio mi mejilla. Como amo a esta chica.
Es realmente valiente mi pequeñaporque a pesar de que tiene a dos personas tatuándola por primera vez en su vida, no se ha quejado, ni mucho menos ah echo muecas de dolor. Tal vez porque ha sentido mucho más dolor del que le hacen esas agujas, lo cual me jode. Si hubiera podido, hubiera evitado que pasara por todo eso. Aunque si no hubiera pasado por todo eso probablemente no nos hubiéramos conocido, lo cual me jode aún más.
ESTÁS LEYENDO
Mis Mejores Milagros
RomanceÉl llego en el momento en el que más lo necesitaba. Estaba a punto de desmoronarme y darme por vencida. Desde ese día en el que él me encontró llorando, sangrando, sin un abrigo que me quitara el frío del tormentoso invierno no nos hemos separado. Q...