Capitulo 8

5K 359 3
                                    

El Espíritu Santo es el consolador, y Él quiere ser nuestro amigo. Él es una persona hermosa, amable, caballerosa, responsable, sensible ante todo. ¿Por qué cree usted que Dios no perdona cuando alguien blasfema en el nombre del Espíritu Santo? Porque Él perdona cuando blasfemias en su nombre o incluso en el nombre de Jesucristo, pero él no perdona cuando blasfemias el nombre del Espíritu Santo ¿por qué? Lo más seguro sea porque el Espíritu Santo es muy sensible, Dios ama mucho al Espíritu Santo, Él si lo valora, entonces probablemente el quiere proteger al Espíritu Santo de nuestro mal corazón y de nuestra lengua. Conforme vas pasando tiempo en intimidad con el Espíritu Santo más vas conociéndolo y mas te vas enamorando de Él y mas te va gustando estar con Él. Él te escucha, Él quiere conversar contigo. Él es el mejor amigo que puedes tener, solo búscale, ahí en tu habitación, tu sola, con la puerta cerrada, póstrate y búscale y veras que Él va a estar ahí. Y desde el momento que Él llega a tu vida, tú sientes tu vida completa y te da paz, esa paz que nunca has sentido... Jesucristo murió en la cruz del calvario para darnos vida eterna y para quitar nuestros problemas, nuestras cargas. El señor restaura vidas, familias, naciones enteras pero necesitamos buscarle. Él perdona todos nuestros pecados pero necesitamos pedirle perdón. Sin embargo, tenemos que pedir perdón de todo corazón, entregarle tu vida y el Espíritu Santo hará el resto.

Esas fueron muchas de las palabras que me grave que el señor que estaba en frente, sobre la tarima, dijo. ¿Es que acaso alguien les contó mi vida? Confío en Jacob pero ¿acaso el les contó mi vida? Porque sino, no hay explicación para que ese hombre sepa y diga todo eso conforme a mi vida. Sin embargo, me intrigó mucho más saber quién era esa persona del Espíritu Santo. Hablaba muy bonito de el señor de Él que me causo muchas ganas de conocerle. Pero mientras tenía esa duda las lágrimas no paraban de rodar sobre mis mejillas y no sabía ni porque. Supongo que todo eso que dijo el señor realmente me llego al corazón.

No supe en que momento pero de repente todos se pusieron en pie y, para cuando acorde, ya había mucha gente enfrente de donde estaba sentada. Quería mirar que era lo que sucedía, si era que todos teníamos que ir, pero las lágrimas y la opresión en el pecho no me dejaban.

Cuando pude calmarme un poco y limpiar las lágrimas de mi rostro mire al mismo señor que habló de la Biblia, tenía su mano sobre la cabeza de alguien y movía los labios. E hizo lo mismo con la mayoría de la gente que estaba ahí. Algunas de las personas comenzaban a llorar fuertemente cuando el hablaba, y muchas de ellas, caían al suelo.

Sentí temor.

Y en cuanto el temor llego a mi, el señor de enfrente me miró directo a los ojos. Lo mire caminar directo hacia mi, me si río y apoyo su mano sobre mi hombro.

Todo mi cuerpo temblaba.

—estoy aquí, esperando por ti dice el Señor. Yo puedo hacer el cambio que necesitas, solo necesito que busques mi rostro, que busques mi ayuda. Yo puedo y quiero ser tu consolador, tu amigo mas intimo pero necesitas buscarme. Nadie puede cambiar tu vida, ni a tu familia, solo yo— todo solo era para mí. ¿Cómo había terminado ese hombre hablándome solo a mí? No lo sé pero en cuanto termino de decir eso, se alejó caminando hacia el frente.

El evento termino. Otro señor dio los anuncios de la semana y todos fuimos despedidos.

—hola Jacob, que gusto tenerte de vuelta, Dios te bendiga— aparece una señora, saludando y abrazando con mucho amor a Jacob.

—gracias hermana, Noemí... Le presento a Isabel, mi esposa— y sentí el estomago encogerse cuando me llamo su espalda. Se que lo soy pero aún no me lo creo cuando lo oigo decirlo. No pude evitar sonreír de oreja a oreja. Jacob sabia como hacerme sentir especial.

Mis Mejores MilagrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora