11. JiMin

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Yoongi tiene un brazo envuelto alrededor de mi silla mientras su otra mano parece que no puede dejar de tocarme. Desde pequeños roses contra mi brazo a agarrar por completo mi muslo bajo la mesa. Todos son posesivos, pero tiernos. Incluso cuando solo está apartando una hebra de mi cabello de mi frente. Tiene una especie de obsesión por mi cabello. Un par de beses lo he atrapado oliéndolo.

-Tu cabello me recuerda al sol. Espero que nuestros hijos lo tengan.- dice, como si leyera mis pensamientos.

Me giro a mirarlo, la dulzura en sus palabras me pone cálido por todas partes. Él se inclina, tomando mis labios en un beso lento antes de apartarse. Puedo notar que está luchando por control. Quiere llevar el beso más profundo.

-¿Te gusta? Siempre creí que me hacía ver diferente del resto de mi familia.- admito.- Siempre pensé en teñirlo.

-Lo prohíbo.- no lo dice como una orden, es más como sorpresa ante la idea de hacer algo para cambiarme.- Es la primera cosa de ti que llamo mi atención. Pensé que te veías brillante, lleno de vida. Quería eso.

Mi boca cae un poco abierta, y sus ojos notan el movimiento. Lame su propio labio inferior como si tratara de recordar mi sabor.

-Pareces tan oscuro.- admito, acercándome a él. No es que haya mucho espacio para comenzar. Él ya ha acercado mi silla a su lado. Me estiro y toco su rostro, y él se inclina contra mi caricia.

-Tal vez por eso necesito tu luz.

-Eso es increíblemente dulce.- le sonrió mientras lagrimas pican en mis ojos. Él no se parece en nada como pensé al principio que sería. De repente, esta cargándome y sentándome en su regazo.-Oh Dios.- entierro mi rostro en su cuello, sabiendo que mis mejillas probablemente están ardiendo. Estábamos sentados al frente del cuarto mientras la fiesta de la boda está en todo su apogeo. Yoongi dijo que no habría un primer baile, y la fiesta solo empezó. Estaba feliz por eso. No me gustaba la idea de salir y bailar solo los dos en la pista. Él dijo que no le gustaba la idea de todos mirándome en este traje. Ni siquiera sabía que quería decir eso.

Él pasa su mano a lo largo de mi espalda.

-Era ponerte en mi regazo o sacarte de aquí. No me gusta cuando tus ojos se llenan de lagrimas. Me hace algo, algo que no me gusta.

Resoplo contra él. Mi resoplido se convierte en risa, y no puedo dejar de reír.

-No te gustan las emociones.- Apenas y puedo decir las palabras entre risas, y me inclino hacia atrás para mirarlo. Él me sonríe ampliamente.

-Eso se siente bien. Me gusta tu sonrisa contra mi.

-¿Cómo hace eso? Pareces tan frio un segundo y tan cálido al siguiente.

-¿Soy frío contigo? No pretendo serlo. Lo único que siento cuando estoy alrededor tuyo es la necesidad de estar más cerca. La necesidad de tenerte. Cuando estás cerca, me siento...- se detiene como si buscara la palabra correcta.- Completo.

Una oleada de amor por este hombre me recorre. Me sorprende que este guerrero de hombre me necesite para sentirse completo. Intento pensar en cuándo ha sido frío conmigo, pero cuando reproduzco en mi mente las veces que hemos estado juntos, me doy cuenta que no lo ha sido en absoluto. Ha sido intenso. Su única misión ha sido clara. Él me quiere. Incluso al pensar en el primer día cuando pensé que estaba siendo un imbécil, no lo fue.

Estaba preocupado por mi. Me quería cerca de él. Todo lo que he pedido, me lo ha dado al instante. A menos que fuera tener distancia de él. No, la frialdad es algo que supuse por lo que leí de él.

-Te llaman 'La muralla'.- miro sobre mi hombro, viendo el salón lleno de personas. Noto varias personas apartando la mirada cuando lo hago. Claramente han estado mirándonos.- Todos nos miran.- murmuro, más para mí que para él.

-Sé que nos están mirando. Es parte de la razón por la que te puse en mi regazo. No me gusta cuando te miran.

Es entonces que veo a alguien que reconozco; la princesa Gaul. La había visto en una foto con Yoongi. Parecían que estaban en una cita.

-¿Invitaste a tu ex?.- digo ásperamente. Estoy seguro que tiene algunos ex, pero ¿Por qué la invitaría a nuestra boda? Tal vez tiene que invitarla por su estatus real. Demonios, probablemente ni siquiera participó en la lista de invitados. Pero aun así no me gusta, y de repente me siento posesivo con mi esposo. Agarro su camisa.

-¿Quién?.- pregunta, mirando sobre mi hombro.- No sé qué estás diciendo. No tengo una ex.

-La princesa Gaul.

-Te preguntaré de nuevo, mi príncipe, ¿Quién?

-¿No sabes quién es la princesa Gaul? Te vi en una foto con ella en la cena de caridad de los Choi hace unos meses.

Sonríe ante mis palabras. Baja la mirada a donde tengo su camisa agarrada en mis manos, y su sonrisa se ensancha.

-Debo decir que me gusta que te alteres tanto ante la idea que tenga una cita, así como yo me he puesto porque tengas a otros hombres; hombres que pueden haber pedido tu mano en matrimonio.

Suelto su camisa y empiezo a levantarme de su regazo, pero me tiene atrapado, y no puedo ir a ninguna parte. 

-No recordé a la princesa Gaul cuando dijiste su nombre. Pero si recuerdo haberme sentado a su lado en la cena. Era aburrida y ni siquiera resople cuando se rio. Te prometo, que la olvide al momento en que me levanté de la mesa; una mesa a la que había sido asignado para sentarme en un aventó al que fui solo. Como siempre hago. No tengo tiempo para salir en citas tontas con personas que sé me molestarán y me volverán loco.- pasa un dedo por mi cuello.- Bueno, solía ir solo. No tendré que ir solo ya, mi príncipe.

-No puedo evitar resoplar cuando me río. Lo intenté porque vuelve loca a mamá. Soy un poco tonto. Nos has visto a mi hermano y a mí juntos. 

-Nunca deseé cambiar tales cosas. Cada vez que resoplas sonrío. Y tú y tu hermano son adorables juntos.- se inclina, besando mi cuello.- Eres tan suave.

-Yoongi, estamos en un salón lleno de personas.- le recuerdo sin aliento.- Todos nos están mirado.

-Si, están mirando La Muralla caer por su príncipe.

 Su príncipe  |Yoonmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora