One-shot especial #2: Me importas

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P.s: leí de nuevo un fanfic llamado "Suicide Boy" y mi corazón me dice que debo hacer esto.

Dicen que la vida es sufrimiento, y que de hecho el infierno es la la misma existencia. Para muchas personas en el mundo eso es verdad. La vida suele ser cruel con nosotros y nos llega a patear cuando más somos dichosos y alegres.

Yugi Mutou; el aclamado y muy querido rey de los juegos, pasó de ser eso a ser tachado de lo peor. ¿Por qué? Por injusticia. Su amado abuelo tuvo un mi trágico final y culparon a su nieto por ello l ser el único que estuvo cuando eso ocurrió.

Todos le dieron la espalda; en su casa y en su escuela. Nadie lo apoyaba y le decían que tenía problemas psicológicos por lo de su abuelo. Para Yugi, su entorno se había vuelto una bola de hipocresía. Los que fueron sus grandes aliados ya no lo eran más.

Nadie lo quería cerca y no quería cerca a nadie, mas había una sola persona que si lo quería cerca. Una chica. Esa chica tenía cabello castaño largo rozando los hombros con un mechón rojo carmes; sus ojos eran del mismo color de su pelo y llevaba lentes cuadrados pequeños. Su nombre era Maya.

Maya llevaba dos años siendo alumna de la preparatoria Domino, donde Yugi estudiaba, y desde el primer momento se enamoró de él. Siempre había sido tímida con él, pero luego del incidente del abuelo su alma comenzó a llorar al ver cómo su amor caía a la desesperación.

Se propuso a ayudarlo.

-¡Buenos días Yugi! -le dijo Maya entrando al salón de clases. Yugi la miró desde su asiento al fondo y no dijo nada -¡Mira! ¡Te hice tu hamburguesa favorita!

-No quiero nada -le dijo Yugi a secas.

-Oh vamos. Me esmere en hacerla -Maya le mostró la hamburguesa y se la sirvió gustosa -Come. Esta muy rica.

-¡¡Te dije que no quiero nada!! -Yugi gritó y le tiró la hamburguesa en la ropa, ensuciándola.

-Vaya... -Maya musitó para luego sonreír -Le puse mucha salsa de tomate. Qué torpe fui.

Yugi no dijo nada y le dio la espalda.

-Tendre más cuidado mañana. Lo siento -dicho eso se fue al baño para lavarse.

Yugi la vio irse y bufó con frialdad.

-Hipocrita como el resto.

Luego de clases Maya caminó tras Yugi, como cuando el martirio de él comenzó. Ella estaba consciente de todos los momentos en que él se lastimó y trató de arrancarse el aire de vida y fueron evitados por sus viejos amigos. Ese día en especial fue muy sabio que lo hiciera.

-¡Hey Yugi! -alguien lo llamó.

-¿Qué quieres Ushio? -le preguntó Yugi sin ánimos.

-Escuché que eres un asesino; qué mataste a tu abuelo.

- ¿Y qué con eso? -le preguntó sin inmutarse.

-Pues te daré lo que todo asesino se merece -Ushio agarró a Yugi del cuello de la camisa y prepararó su puño para golpearlo; pero entonces alguien le pegó a Ushio.

-¡¡Déjalo en paz!! -vociferó Maya con una rama gruesa en sus manos.

-Maldita... De nuevo tú.... -Ushio estaba furioso. Soltó a Yugi y fue con Maya. Yugi se marchó de ahí -¡De nuevo te metes en mi deber con la justicia!

-¡Justicia al diablo! -Maya gritó apretando la rama -¡Sólo es una excusa para lastimar a Yugi!

-Eres patética -Ushio se burló -¡Eres la única que da la cara por él y él no te lo agradece!

La portadora del octavo artículo. One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora