Septimo one-shot: Escuchar al corazón

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*desde aquí denle play*

Han pasado tres meses desde la última vez que Yugi y Maya vieron a los faraones por última vez. Verlos felices y juntos esa vez los hizo sentir todo estaba bien en el mundo de los espíritus, y con esa tranquilidad la pareja siguieron con sus vidas así como sus amigos. Tea se fue a América a cumplir su sueño de ser bailarina profesional y Tristán se fue a trabajar a la fábrica de su padre; pero se esmera mucho en convertirse en un gran mecánico. Joey, por otro lado, obtuvo una beca para estudiar en una academia de duelo y luchar para ser un duelista profesional y Bakura se fue del país para estudiar arqueología y ser mejor que su padre. Los únicos que quedaron del grupo fueron Yugi y Maya. Maya seguía trabajando en el hospital, pero ahora como asistente de su abuela, y Yugi se quedó en la tienda para ayudar a su abuelo y prepararse para crear su propio juego. Las cosas iban bien para todos.

- Maya tesoro, como van los pacientes? - le preguntó su abuela sentada a su lado en el escritorio

- Todo va de maravilla abuela. El área de maternidad está muy bien y los pacientes están estables - le contestó su nieta viendo los expedientes.

- Eso me alegra mucho. Y por cierto, como vas con Yugi? - preguntó la abuela con una sonrisa pícara.

- Uh?! Pues...todo bien abuela. No sé porque...lo preguntas - le responde Maya sonrojada.

- Es que un día llegaste tarde al trabajo y... - le dijo la señora Sakura en tono pícaro

- Llegue tarde porque me quedé dormida! Que cosas piensas abuela?! - le exclamó la chica de lentes con la cara como tomate. La abuela se rió entre dientes por la reacción de su nieta.

Por otra parte, Yugi se encontraba ayudando a su abuelo con una mercancía nueva. Desde el triunfo de Yugi contra Kaiba en el torneo anterior, las ventas de cartas se habían multiplicado y varios duelistas iban a la tienda para tener consejos de duelos del mismo rey de los juegos.

- Donde dejó esta caja abuelo? - le preguntó el tricolor cargando una pesada caja llena de cartas.

- Ponla al lado del estante al lado de la puerta - Yugi hizo caso y puso la caja donde le dijo - Y dime Yugi, como vas con Maya? - le preguntó

- Vamos muy bien, porque lo preguntas? - le preguntó dudoso

- Bueno...un día no llegaste a dormir y ese día saliste con Maya... - le dijo de forma pícara a su nieto

- Uhh?! Sólo le hice compañía! No hicimos nada más! - le exclamó sonrojado su nieto.

- Hehehehe ok ok. Pero bueno, avísame cuando tendré bisnietos hahahahaha - Yugi se sonrojó más y le gritó al abuelo.

Llegó la noche y Yugi y Maya se alistaban para su cita; pero era una cita especial. Era su cita de aniversario de tres años de relación.

- Aún no puedo creerlo...tres años, y fue hace seis que lo conocí - dijo en sus adentros Maya viendo una foto de ella con Yugi luego de la graduación Desde que me protegió ese día, se volvió parte importante de mi vida. Él, además de mi familia, son lo mejor y lo más bello de mi pasado. Ojalá sigamos juntos porque lo amo mucho, así como el faraón es importante para ti faraona. Oh!...es verdad...olvide que ya no estás amiga...aún te extraño; pero se que eres muy feliz con Atem. Al fin los dos están descansando y disfrutando de su amor.

- Maya! Amor, Yugi ya está aquí! - gritó su abuela desde la sala.

- Ya bajo abuelita! - le respondió Maya. Tomó su bolso, un suéter blanco, se vio por última vez al espejo y salió del cuarto. Al bajar por al escaleras, vio a Yugi, quien vestía un saco negro con un pantalón del mismo color y una camisa de tela color lila, hablando con su abuela. Al verlo así vestido sus mejillas se enrojecieron y sintió calor en su rostro. La señora y el tricolor se quedaron asombrados al ver a la pelicastaño vistiendo un vestido de tirantes color miel con encaje plateado en la cintura con el suéter en sus hombros y en su cabello se había hecho una moña con un sujetador de tonos plateado con dorado.

La portadora del octavo artículo. One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora