Onceavo oneshot: Mi primo. Mi hermano

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*desde aquí denle play*

Lunes, primer día de la semana. Para la mayoría sería un día normal; pero para alguien era otro día de soledad y tristeza en su hogar. El sol no había salido cuando un chico rubio de ojos color miel salió de su casa para su desempeño laboral: repartir el periódico por la ciudad. Joey llegó puntual a la imprenta para recibir el periódico y comenzar a repartirlo. Luego de terminar, obtuvo su pago y regresó a su hogar quedándose con un par de periódico que pagó.

- Ya volví - dijo Joey cerrando la puerta y viendo en una silla a su padre dormido con una botella de alcohol en la mano - De nuevo.... - susurró triste dejando uno de los periódicos sobre su padre y poniendo el dinero en la mesa. Se duchó, se vistió y guardo el otro periódico en su mochila para salir de nuevo y tomar rumbo a casa de su prima. Al llegar a la puerta, tomó un respiro hondo y mostró una sonrisa mientras tocaba la puerta. La puerta se abrió y se vio a la abuela Wheeler ya vestida.

- Buenos días Joshep! Pasa hijo - Joey entró gustoso a la casa - Maya aún no está lista; pero no tardará. Deseas algo de comer? Hice sándwiches de pavo y huevos con tocino.

- Hehehehe me encantaría abuela! Gracias! - le contestó contento el rubio. La señora le sonrió y se fue a la cocina por la comida.

Joey se sentía feliz de estar en esa casa, ya que sentía un ambiente de paz y tranquilidad. Sensación que no se respiraba en su hogar desde hace mucho tiempo desde le divorcio de sus padres. Él añoraba esos días felices en que su familia estaba junta y siempre sonreían; pero esos días habían acabado demasiado rápido.

- Joshep? Estás bien? - preguntó la señora al ver a su nieto distraído con el plato de comida en las manos.

- Uh? No nada. Estoy bien abuela - le contestó sonriendo.

- Tu padre volvió a beber, verdad? Porque no aceptas lo que te dije hijo? - le dijo la abuela poniendo el plato en la mesa. Joey bajó la mirada con una sonrisa melancólica.

- Abuela ya lo hablamos....no quiero causar molestias. Además, estoy bien. Ya me acostumbre.

- No digas eso Joshep. Se que mientes por lo que sientes; pero más bien te haces daño. Piénsalo hijo, es por tu bien que lo tienes que hacer. Sino, tu vida será peor al punto que afectaras a otros.

- Eso no pasara abuela porque nadie lo debe saber. Nadie....mis amigos y ustedes me han hecho muy feliz. Me dieron un motivo para salir del mundo de las pandillas.

- Pero no hemos podido darte el impulso para que dejes al ebrio de tu padre!...Joshep por favor. Aún estás a tiempo.

- Abuela, ya sabes mi respuesta... - la señora con tristeza bajó la vista y dejó de insistir.

- Iré a buscar a Maya. Disfruta tu comida - Joey le agradeció y se quedó solo. Mientras comía, las palabras de la abuela resonaban como eco en su cabeza. Él sabía que la señora decía la verdad; pero no deseaba incomodar a nadie con los problemas que suportaba de parte de su padre alcoholico y lleno de deudas que él pagaba con su trabajo de repartidor.

- Hola Joey! - el rubio miró a su prima vestida con su uniforme abrazarlo. Sentir el calor de su hermana del corazón lo hacía sonreír así como el calor del cariño de sus amigos - Ya vámonos o llegaremos tarde!

- Pero Maya, no vas a desayunar?

- Ya lo hice primo. Comi en cuanto me levanté. Levántate vamos! - Maya lo tiraba del brazo hacia la puerta mientras ambos se despedían de la abuela - Vamos Joey! Te reto a una carrera! Quien llegue de ultimo a la escuela pagará el almuerzo del otro, ok? Listo, preparado, a correr!

La portadora del octavo artículo. One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora