Naruto Namikaze Uzumaki «Editando»

Capitulo 13 1/2

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Capítulo trece:

La oscuridad ha dado un paso más, la información se ha concretado y el embrollo se entrelaza con raíces firmes.

Preparados deberán estar, aquel que anteriormente causó terror ha ingresado al nuevo juego. Los espías corren peligro; un cambio radical se acerca y un desastre potencial se ha convertido en un hecho.

Aquello que se temía, ha sucedido. El estallido ha ocurrido, aquel inestable volcán ha hecho erupción en el peor momento posible.

La negación, el dolor y el resentimiento se ha apoderado de los habitantes de la aldea que se formó por la paz.

La decisión tomada solo fomenta su ira, su propia ida sin obtener un mísero perdón ni ver una repercusión tendrá peso en un futuro, tal y como lo tendrá aquella resolución.

“Perfidia erradicada.”

Sunagakure No Sato.

—Temari, ¿sigues triste por la partida de Hiro?

—¿Yo, triste? —inquiere, molesta—. No lo estoy, tonto.

—Oh, ¡vamos! —espetó Kankurō—. ¡Estabas tan acostumbrada a su presencia que lo extrañas!

—Kankurō, NO sigas con el tema —objetó exaltada.

—¿Por qué debería no...?

—Temari, Kankurō.

—Padre —respondieron ambos.

—¿Cuál es el motivo de su discusión?

—Ninguna productiva, padre. Lamentamos haber llamado tu atención por un asunto poco importante —contestó Temari, seria.

—¿Es correcto, Kankurō?

—... así es, padre.

—Bien, necesito que tú, Temari, vengas conmigo —ordenó firme, y añadió—: Kankurō, asegúrate de seguir practicando tu manejo de marionetas.

—Si padre.

«Eso estuvo cerca, no es seguro hablar de Hiro en esta casa ni en ningún lugar realmente... reservar todo lo relacionado a él es lo mejor, solo por si las dudas», pensó Temari, con precaución.

Konohagakure No Sato.
Oficina del Hokage.

—Naruto, ¿qué tal?

—Oh. Kakashi. —Naruto levantó la cabeza y le sonrió, mas no llegó a sus ojos aquella sonrisa.

—¿Sigues molesto?

—¿Lo parece...?

—Bueno...

—Solo déjalo, sinceramente, lo arruinaste.

—Vine para disculparme.

—¿Si? —respondí, con sorna—. Me tomaste como un... tonto.

—Naruto, sabes que no era mi intención.

—No entiendo porque molestarse con enseñarme tanto si seguiré siendo tratado como un ignorante. ¡Sabría precisamente que ocurriría en tu misión!

—Mira, yo...

—¡Escucha! —interrumpí con enfado—. Me dejaste una carta, ¡una carta!, diciéndome que te vas de vacaciones a un paraíso suicida y todavía tuviste el descaro de decirme que estarías a salvo e ibas a regresar. ¡Es una sandez de tu parte!