¡ 32 !

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Hoseok había pasado un buen tiempo con su padre últimamente, sin embargo, aquel sentimiento de culpa seguía en él. Por alguna razón, Kim Yugyeom no desaparecía de su mente, siempre estuvo ahí para él cuando más lo necesitó. No obstante, no sabía del amor que el mayor sentía por él. Nunca se dió cuenta y se maldecía por ello.

— Debo resolver esto. — musitó para sí mismo mientras se dirigía al salón del mayor con paso firme y seguro. Aún no sabía qué le diría exactamente, pero no le preocupaba, diría lo que sentía en su corazón. — ¡Yugyeom!. — lo llamó desde la puerta de su salón, todos sus mayores lo observaron confundidos al darse cuenta de su presencia, ya que, usualmente era Yugyeom el que iba a buscarlo. — ¿Viste a Yugyeom?. — le preguntaba a cada alumno que entraba, pero éste terminaba negando. Bufó, pues su paciencia estaba llegando al límite. — ¡¿ALGUIEN SABE DÓNDE ESTÁ KIM YUGYEOM?!.

Una pelirroja se acercó, era varios centímetros más alta que él, realmente era linda. — Lo he visto cerca al laboratorio del segundo piso. — Hoseok seguía observándola, la había visto en algún lado... ¡por supuesto!. Era la presidenta del consejo estudiantil. Park Soo Young, más conocida como Joy. — ¿Hey?. Te enseñaré donde está, ¿de acuerdo?. — Hoseok ni siquiera la escuchó y ya estaba asintiendo frenéticamente. La peliroja lo tomó de la mano antes de guiarlo a los pasillos del segundo piso. — Mira, allá está. — lo señaló. — Dale esto, por favor. — Joy le entregó una hoja impresa para rellenar. — Si falta una vez más a clases, tendrá una suspensión. Recuérdaselo.

El pelirrojo volvió a asentir antes de ver como Joy se alejaba de él para volver a su salón. Respirando profundo y con el papel en mano se dirigió hacia Yugyeom, quien al parecer dormía con audífonos puestos y un mp3 en su mano derecha.

— Ejem... — tosió falsamente para llamar su atención, casi siempre funcionaba, casi... pues Yugyeom no abrió ni un ojo al sentir la presencia del menor cerca a él.

Enojo, esa era la palabra indicada para describir los sentimientos del menor. Tosió ahora más fuerte. Yugyeom suspiró antes de quitarse un audífono de su oído.

— ¿Qué se te ofrece, Jung?. — frío. Esa era la palabra con la cual Hoseok lo describía en ese instante. ¿Dónde había quedado el Yugyeom alegre y odioso que tanto quería?. Fue su culpa, él lo convirtió en eso.

— Perdón, Yugyeom. — bajó su cabeza levemente, estaba arrepentido. Demasiado. — ¿Por qué te disculpas?.

— Porque... fuí un tonto al no darme cuenta del amor que sentías por mí. — su voz se estaba quebrando, Yugyeom pudo notarlo, sin embargo, su expresión no había cambiado en lo absoluto. — Yo... realmente lo lamento, Yugyeom. Sé que tal vez no puedas perdonarme y créeme que lo entiendo. Y-Yo tampoco me perdonaría por lo que hice...

— Hoseok.

— Déjame terminar... — pidió mordiendo su labio inferior con nerviosismo. — Me dí cuenta que Jimin y yo jamás podremos estar juntos y también... — no logró reprimir un par de lágrimas. — ... no pude evitar pensar en tí todos los días... Ojalá puedas perdonarme, Yugyeom.

Le entregó la hoja que minutos antes le había entregado Joy, Yugyeom la recibió. En ese momento, Hoseok se dió cuenta que nadie podría ser más tonto que él al perder a una persona maravillosa como Yugyeom, por ser insistente con alguien que ni siquiera lo veía amorosamente.

— ... No quiero que vuelvas a lastimarme. — el pelirrojo detuvo su paso al escuchar al mayor y giró sobre sus talones para quedar frente a él. — Te amo, Hoseok... pero ¿saldré lastimado otra vez?. — preguntó.

No quería lastimarlo, realmente lo quería. La decisión estaba tomada. Negó con la cabeza.

— Aún me duele... — dijo Yugyeom acercándose al menor. — ... duele enamorarse de alguien como tú, Jung Hoseok.

Trato Hecho | kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora