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Yugyeom veía a Hoseok desde la ventana de su salón. El pelirrojo estaba en clase de educación física trotando por todo el patio. Se veía tan lindo completamente sudado, se maldecía por no ser Park Jimin. Porque si lo fuera, no dejaría que Hoseok se apartara de él, jamás.

— ¡Kim Yugyeom!. — lo llamó el profesor, todos en el salón lo miraron con burla. Últimamente Yugyeom había bajado sus calificaciones y pocas veces sonreía.

— Lo lamento, profesor Key. — el nombrado bufó y siguió escribiendo en el pizarrón.

— Yugyeom, ¿hablarás con Hoseok?. — le preguntó Mark a su lado. Yugyeom apoyó su cabeza en la ventana. — ¿Es un no?.

— Es un tal vez. — contestó Jackson por él mientras copiaba los ejercicios del pizarrón.

Yugyeom levantó su mano derecha, pidiendo permiso para ir al baño. Agradeció cuando el profesor Key se lo dió a regañadientes. Salió sin darle explicaciones a sus amigos, estaba dispuesto a aclarar las cosas con Hoseok. Estaba cansado de sufrir por él.

Se dirigió al patio donde se encontraban trotando, aprovechó que el profesor estuviera distraído con su almuerzo para agarrar a Hoseok del brazo y llevárselo de ahí.

— ¡Yugyeom!. ¡Qué demonios!. — el nombrado lo llevó hasta un pequeño callejón detrás de la preparatoria, uno de los más solitarios que encontró.

— ... ¡O-Oye!.

— ¡Me cansé de sufrir por ti!. — exclamó soltándolo bruscamente. Hoseok se sobó su brazo sin comprenderlo. — Me cansé de fingir que estoy bien cuando tú estás enamorado de Park Jimin , no estoy bien, Hoseok... — dijo apretando sus puños. — Me tienes mal, ¿sabes por qué?. ¡Ah, no lo sabes!. ¡Nunca lo supiste!. ¡Porque nunca te diste cuenta de lo que yo sentía por tí!. — una lágrima recorrió su mejilla. — Yo te amaba, no... yo te amo, Jung Hoseok... y me siento un maldito idiota por amarte. — el pelirrojo bajó su cabeza. Quería amar a Yugyeom, pero no podía, no si Jimin seguía en medio. — He hecho de todo para que te fijes en mí, ¿y qué obtengo?, una puñalada en la espalda. ¡Te odio Hoseok, pero no puedo dejar de amarte!.

— Yugyeom, yo... — mordió su labio inferior.

— Te esperé mucho, Hoseok, pero seguiré haciéndolo si llegas a amarme como te amo a tí. — afirmó Yugyeom antes de dirigirse a su salón, sin escuchar los constantes llamados del pelirrojo.

* * *

Jimin estaba preocupado, nuevamente Jungkook estaba ausente. ¿Lo habían golpeado de nuevo?. No, esta vez lo cuidaría o al menos vería que estuviera sano y salvo.

Y ahí estaba, frente a la casa de los Jung.

Pensó en tocar el timbre, por alguna razón sentía temor. No sabía el porqué, pero lo sentía. Aún así, se armó de valor para tocarlo dos veces sintiendo un escalofrío al escuchar pasos acercándose.

La puerta se abrió. Era la señora Jeon, pero no tenía aquella sonrisa que le mostró la primera vez, no, ahora tenía una mueca desagradable en su rostro.

— B-Buenas tardes... — la mayor frunció su ceño al escucharlo.

— Buscas a Jungkook, ¿verdad?. — el tono serio que usó aquella mujer provocó que el castaño asintiera tímidamente. — ¿Cuál es tu nombre?.

— ¿M-Mi nombre?. — la mujer asintió. — Park J-Jimin, señora Jung.

— Bueno Park, Jungkook no volvió desde ayer, así que, te sugiero que te vayas a otra parte para buscarlo. — soltó la mujer aguantando su furia, Jimin lo notó, por lo que no le quedó más remedio que asentir antes de irse.

Trato Hecho | kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora