¡ O5 !

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Jimin estaba más relajado luego de hablar con Suho en una cafetería, entre risas y bromas comenzaron a recordar varios momentos que pasaron juntos. Y eso le agradó al castaño, pues notó que su amistad no se había desvanecido en el aire como él pensaba.

Sin embargo, no se había olvidado de su beso con Jungkook. Ese chico tenía su lápida preparada desde el día de ayer.

Entró en el salón apretando sus puños, por más que quisiera calmar su ira dominaba su cuerpo.Con pasos firmes se acercó al lugar donde Jungkook guardaba sus cuadernos y libros, al parecer sus amigos no habían llegado, tampoco Hoseok ni Suho.

— ¡Jeon Jungkook!. — exclamó dando un golpe en la carpeta del pelinegro haciéndolo sobresaltar antes de verlo.

— Uhm, buenos días, Jimin. — lo saludó antes de mostrarle una sonrisa, la cual desapareció al ver el ceño fruncido por parte del castaño. — ¿Pasó algo?.

—Tú dímelo. Jungkook entrecerró sus ojos, luego de pensar por unos momentos miró al castaño.

—¿Qué te digo? .—Jimin suspiró antes de acercar su rostro al del pelinegro, quien retrocedió cuando notó tanta cercanía.

— ¿Por qué me besaste ayer?. — le preguntó. — Trato de ser paciente contigo y no me gusta que todo el mundo se entere de este problema.Así que contéstame.

— Yo...no recuerdo haberte besado, Jimin. — admitió algo confundido por las palabras del castaño. 

— ¿Cómo que no?. — suspiró para calmarse, comenzaba a dolerle la cabeza. —¿Realmente no lo recuerdas?. — Jungkook negó. — Bien. Pero te lo advierto, no vuelvas a besarme. La próxima vez te daré una paliza que no olvidarás.

— Eso suena muy violento viniendo de un novio tierno como tú. — comentó el pelinegro.

— No soy tu novio. — afirmó por lo bajo para que solo Jungkook lo escuchara. — Y por hoy mantente lo más lejos posible de mí.

— Como desee, Park Jimin. — el mencionado rodó sus ojos antes de sentarse en su lugar, lo suficientemente lejos del pelinegro.

La verdad era que Jungkook sí recordó el beso y se iba a disculpar con Jimin cuando lo viera, pero al ver su reacción decidió mantenerlo en secreto. Al parecer tenía un lado aterrador, quizás más que Hoseok.

— ¡Jungkook!. — el rubio acompañado del de cabellos cenizas llegó para saludarlo con un abrazo, mientras que Yoongi hizo una reverencia, algo típico de él. — ¿Te duele la cabeza?.¿Tuviste náuseas?. ¿Sigues siendo virgen?.

— Ahm...poco, por suerte no y esa respuesta ya la sabes muy bien. — le contestó en orden.

— Es la última vez que te dejamos solo en una fiesta, dijiste que podrías cuidarte solo. Y, ¿qué obtenemos?, verte tirado en el suelo completamente ebrio. — el rubio comenzó a regañarlo como de costumbre. — Eres un chico con mucha suerte de que estuviéramos ahí. Si no...la verdad no quiero ni imaginarlo.

— Lo lamento, Jin. Es que Baek... — Seokjin lo calló mostrándole la palma de su mano. 

— No me metas a Baekhyun en esto, tú podías haber dicho no y no es no. — Jungkook bajó su cabeza, a veces pensaba que Seokjin sería un buen padre y uno muy protector.

— Tienes suerte que tu mamá no nos preguntara nada. — agregó Yoongi sentándose en su asiento respectivo. — Solo le dijimos que tomaste dos vasos y te tocó el aire.

— No me gusta mentir, pero fue lo único que se le ocurrió a Yoongi y tuve que seguirle el juego. — admitió el rubio mientras negaba con la cabeza. — Pero cambiando de tema, ¿por qué no estás sentado con Jimin?.

Trato Hecho | kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora