Capítulo 67 - Un mundo sin amor

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Tenía unos labios suaves, pero su forma de besar no era nada delicada. Parecía ansiosa y lo demostró cuando precipitó su lengua al interior de la boca de HoSeok. El joven no iba a achantarse por tan poco. ¿Un beso? Nadie iba a ganarle en ese terreno. Por supuesto esa chica no sabía nada sobre él. Si quería jugar a ese juego, estaba claro que HoSeok saldría vencedor. Sostuvo su cintura con una mano, y su nuca con la otra y profundizó el beso. Sintió cómo EunHee pesando que había ganado, que sería capaz de conquistarle con su carácter agresivo e impositivo, pero justamente a un dominante como HoSeok, no le atraían nada esos comportamientos en sus parejas. Además, por supuesto, de ser gay, otro pequeño detalle. Quizá le hubiera permitido un beso así a YoonGi estando de un determinado humor, pero a nadie más. Al profundizar el beso, pensó que tal vez ella se asustaría un poco, pero no ocurrió así, de modo que se creó una batalla para ver quien aguantaba más y, finalmente, EunHee se separó ahogada por el ímpetu de HoSeok, pero sonriente y con una sensación de victoria al comprobar el gesto oscuro de él. No había problema, ella podía confiarse y él derrumbaría esa sensación eufórica en un instante.

- Nada mal. - Comentó ella juguetona. - Creo que nuestros labios podrían encajar muy bien. Parece que tienes práctica. Besas bien.

- Tú no. - Ella sabía que lo había dicho para enfadarla aunque fuera mentira, pero lo había conseguido y no pudo ocultarlo. - Descarada, ansiosa, intentando llevarte el protagonismo y conducir a cualquiera a tu territorio. Es desagradable. - Opinó. - Y, la verdad, es que aparte de eso, he probado labios más hábiles. - YoonGi, por ejemplo, tenía algo que encajaba perfectamente con él. Como si pudiera seguir el ritmo que él marcara, fuera cual fuera, siempre podían estar los dos al mismo nivel aunque fuera el dominante quien decidiera dicho ritmo.

- Eres realmente fanfarrón. - Rió ella. - Me dijeron que eras un chico correcto y bien educado. Fue una de las razones por las que te escogí. - Además de por su dinero y posición, le faltó decir. - Aunque por supuesto le hice pensar a mis padres que había sido idea suya. - Una cosa estaba clara, los dos se habían criado en el mismo mundo falso de palabras bien engalanadas y puñales por la espalda. Ambos sabían como ser verdaderos hipócritas, la diferencia parecía ser que HoSeok odiaba el mero hecho de saber comportarse así, aunque a veces fuera muy útil, mientras que ella parecía no estar fingiendo, había adoptado esa forma de ser como su verdadero carácter y su hipocresía consistía en que nadie lo notara. A ella le gustaría una persona tranquila y cordial a su lado, a la que pudiera manipular, como había dicho que hacía con sus padres, pero tampoco se apartaría de alguien con su misma actitud porque se sentiría comprendida y ambos serían fieros y competitivos. Pero, para HoSeok, estar siempre a la defensiva tiene una fuerte debilidad, suele indicar personas fáciles de enfadar. Si conseguía que ella fuera la que se enfadara con él, probablemente le dejaría en paz.

- Y a mí me dijeron que eras la más modosa y discreta de las tres. - Comentó sin darle importancia. - Ambos hemos sido engañados. Menuda fachada tenemos los dos. - Rió desagradablemente.

- ¿Las tres? - Intentó fingir que no estaba molesta, pero no consiguió engañar a HoSeok. Su madre lo habría hecho mejor.

- No creerías que eras la única opción, ¿no? - Si quería jugar a ese juego, HoSeok no se dejaría vencer fácilmente. - Tampoco yo espero ser el único pretendiente al que intentas cazar tú. - Había dado en el clavo y HoSeok lo vio con claridad en su rostro. - ¿Qué? - Rió aún más fuerte que antes con la fuerte intención de burlarse de ella y humillarla. Al escucharse a sí mismo, se sintió realmente nauseabundo. Él odiaba a las personas que se comportaban como él lo estaba haciendo en ese momento. ¿De verdad no había otra forma de espantarla? - ¿Creías que tendrías la posibilidad para engancharme sin más? Alguien como tú, hija de ¿quién? ¿Pasteleros? No me hagas reír. Ve a amasar harina, preciosa.

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