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Alp Wellness Sport Hotel Panorama

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Alp Wellness Sport Hotel Panorama

En la mitad de la noche, Demetrio apareció en el cuarto de su asistente para asegurarse de que se encontraba bien. La llamó de a poco y por lo bajo para no asustarla.

—¿Qué pasa?

—¿Estás bien? ¿Necesitas algo?

—Estoy bien, tendrías que estar durmiendo, Demetrio.

—Solo vine a ver si estabas bien. ¿No tienes que tomarte el analgésico?

—No, me lo tomé antes de dormir. Me calmó un poco.

—Mejor así, volveré al cuarto.

—Buenas noches.

—Gracias, buenas noches para ti también.

Amarilis volvió a quedarse dormida y él regresó a su cama.

A la mañana siguiente a la chica le costó asearse y vestirse, pero ni de broma le pedía a su jefe que la ayudara a ponerse la ropa. Tardó mucho más de lo que pudo imaginar y cuando salió del dormitorio se encontró con él.

—Buenos días, ¿cómo sigues?

—Buen día. Estoy un poco mejor, aunque duele.

—¿Todavía no te toca el medicamento?

—No, cada doce horas debo tomarlo por lo fuerte que es. Me deja medio lela.

—Perdón, pero, ¿qué es lela?

—Significa un poco tonta, o sea que me deja atontada porque me da sueño.

—Entiendo. ¿Vamos a desayunar?

Amarilis asintió con la cabeza y salieron de la habitación doble. Mientras caminaban hacia el restaurante, Demetrio le fue comentando que ya había reservado los boletos del tren y que su coche estaba de regreso a Roma, no sin antes avisarles que trajeran lo que tenían en el baúl hacia el hotel para luego despacharlo hacia su ciudad y que lo dejaran en el departamento.

—¿Y a qué hora viajamos?

—A la una de la tarde.

—Menos mal que hoy no tenés la presentación, porque vamos a llegar durante la tarde noche.

—Sí y tú necesitas descansar, es fundamental.

Al llegar al restaurante, el actor volvió a hablarle:

—Elige un lugar y yo traeré las cosas, no te preocupes, es mejor que te sientes y descanses, es más que nada por miedo a que alguien te empuje.

—De acuerdo.

La muchacha obedeció su sugerencia y encontró un lugar cerca del ventanal.

Demetrio fue un total caballero en buscarle y servirle lo que ella quería desayunar, y luego se sentó a comer con ella.

La asistente personal de la Estrella ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora