🎬 3 📸

795 124 52
                                    

Hotel Alvear Palace Hotel

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hotel Alvear Palace Hotel

Alvear Grill

Apenas el actor se retiró del restaurante, Bruno la mató con la mirada.

—¿¡Te volviste estúpida con el hipo o qué!? —La acusó al saber que su amiga no le dio una respuesta.

—¿Por qué lo decís? —preguntó sorprendida.

—Ni un ni le dijiste —dijo exasperado—, le saliste con que lo tenías que pensar, ¿sabés la cantidad de plata que son treinta mil euros? Mamma mia, Amarilis, si no calculo mal, son casi seis millones al mes, tarada —emitió desesperado—. Hasta le podés comprar una casa nueva a tus padres y alquilar la que están viviendo ahora.

—Pero Bruno, no es nada fácil —se lamentó—, aceptar un empleo así implica mudarse a otro país, a uno donde muy bien no sé hablar el idioma, empiezo de cero porque no conozco a nadie.

—Acá el único amigo que tenés soy yo. Y tus papás pueden ir a visitarte cuando ellos quieran, y vos igual. Yo también puedo viajar a verte.

—Lo hiciste a propósito, ¿no? —Quiso saber.

—¿Qué cosa? —Se hizo el disimulado.

—No te hagas el tonto que no te queda, Bruno —dijo molesta.

—Sí, te lo hice a propósito porque te quería meter de alguna manera en mi mismo ambiente —sonrió guiñando un ojo—. No estás solo para estar sentada frente a un escritorio.

—Me gustaba el trabajo que tenía de no ser por el imbécil de mi exjefe. Hablando de él, ¿no habrás abierto esa bocota que tenés en decirle algo a tu conocido, o sí? —le formuló con interés.

—Para nada, fue una casualidad lo que dijo, en serio... Incluso me sorprendió cuando le mentiste también.

—Él no me conoce y no tiene porqué saber que mi exjefe me despidió por no aceptar su intento de metida de mano —expresó y pensó en lo amable que había resultado ser el dueño de la empresa—, ¿sabés? Era súper amable pero estaba claro que era por algo más. Si acepto el trabajo que me ofrece el señor Cabassi, mi vida dejará de ser privada y la de mis papás también, terminas casi perdiendo el control.

—Ay, el señor Cabassi, ¿cuántos años crees que tiene? —se quejó Bruno y su amiga se rio.

—¿Cuarenta? —formuló con dudas.

—No tonta, tiene diez años más que nosotros.

—¿Y cómo crees que me verán si de la nada aparece alguien muy allegada a él siendo su asistente personal? Eso es dudoso. Que el allegada es dudoso también.

—¡Qué tipa eh! —Se exasperó—. Tenés muchos pretextos, Amarilis. Yo ni siquiera lo pensaba, le enviaba un mensaje por instagram y le pedía que trajera el contrato para firmarlo en la cena —dijo riéndose a carcajadas.

La asistente personal de la Estrella ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora