Capítulo 7

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(Este fanfic no es mío, es una adaptación de la traducción de @Camrensweet2)

***

Luisa POV.

Yo era solo una puta.

Yo era solo una puta y lo sabía.

Lo sabía porque los clientes, muchos clientes no me dejaban olvidar ese detalle. Y entre más tiempo pasaba, más me aseguraba de que nunca dejaría de ser eso, una puta.

No podía vivir una vida normal porque mi pasado siempre me condenaría.

Siempre sería mi fantasma particular y sería siempre mi motivo de vergüenza.

Sabía eso. Sabía que era solo una puta y nunca pensé que pudiera ser un poco más que eso.

Conocía mi lugar, sabía lo que hacía, y sabía que era solo eso.

Nunca intenté ser más de lo que era para ningún cliente.

Desafortunadamente, era solo lo que era.

Una puta, como tantas otras.

¿Por qué creyó que quería ser más que eso? ¿Por qué creyó que estaba tratando de seducirla o tener algún tipo de control sobre ella? ¿Por qué creyó que iba a pensar que tenía ese derecho?

¿Por qué dijo eso?

No quería, nunca quise tener control de nada. De sentimiento alguno.

Si me fuera posible considerar cualquier utopía, sería simplemente una Amelia retribuyendo los sentimientos que tenía por ella, pero ya había descartado esa posibilidad, hasta ese entonces estaba satisfecha con nuestra amistad.

Con nuestra cercanía, con lo poco de su compañía, con lo poco de ella que tenía.

Cuando tenía.

¿Por qué había dicho esas palabras?

Sabía que era solo una puta, pero oír esa afirmación de la boca de ella, con tanta rabia, tanta pena, dolió más de lo que yo podía imaginar.

Me dolió demasiado.

El hecho de verla como una cliente diferente de que las otras personas pesaba.

El hecho de admirarla y pensar en ella como una protección o como una "extraña" amistad, también pesaba.

Pero era el hecho de estar completamente enamorada de ella lo que hizo que sus palabras me desgarraran.

Me limitaron casi al polvo, casi a nada.

Hizo que me sintiera tan sucia e insignificante, tan desechable.

No debería doler tanto. No debía porque sabía que aquella era exactamente la verdad, pero me dolía porque, de alguna manera -tal vez, por un milagro-yo esperaba que me mirara como algo más allá que una prostituta.

Alguien que valiera la pena, que pudiera ser buena y hacerla reír con bromas toontas. Alguien que ella pudiera ver no como un objeto, sino como una persona.

Una persona que pudiera formar parte de su vida, de cualquier forma y que dejara su marca.

Pero no lo había conseguido.

No había dejado ninguna marca en ella.

Ella me veía solo como una puta y me dolía saber eso.

Dolía porque la amaba.

Ahora, el último recuerdo que tenía de ella eran aquellas palabras gritadas, como si yo la hubiera desafiado. Aquellas palabras, que todavía se repetían en mi cabeza constantemente. Aquellas palabras que tal vez nadie más en aquel salón hubiera tomado tan enserio, principalmente por ser verdades, pero que me quemaron como fuego.

My sweet prostitute (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora