Capítulo 16

8K 277 100
                                    

(Este fanfic no es mío, es una adaptación de la traducción de @Camrensweet2)

***

Amelia POV.

Esa era Alexandra. No la veía hacer algún tiempo, pero todavía recordaba sus indirectas nada discretas sobre mí. Ella era una de las primas de Marina, y una de las cosas que recuerdo en la adolescencia era que siempre dejó claro que estaría dispuesta a estar conmigo. Tuve que aguantar bromas de mi sexualidad por siempre negarme. De hecho, era raro que alguien no la deseara, porque Alexandra era muy bonita y coqueta. Era distinta a Marina, ella siempre llamó la atención por su piel morena, altura imponente y ojos seductores. Pero mi conciencia nunca dejó que me aprovechara de una mujer de la familia de mi mejor amiga. Además, yo sabía que aunque decidiera usarla, ella se pegaría a mí como chicle y jamás me dejaría en paz de nuevo.

-Deberías aparecer más veces. -Ella habló, limpiando algo de mi hombro que no pude ver. Tal vez fuera una suciedad imaginaria, porque Alexandra siempre estaba encontrando una manera para tocarme.

-Vida ocupada. -Respondí cordialmente.

-No seas idiota. Todos tenemos tiempo para los amigos de la infancia cuando queremos.

Ella siempre hablaba insinuándose para mí, no importaba cual fuera el asunto en cuestión. Por alguna razón, me pareció gracioso.

-¿Cómo va la vida? -Pregunté al azar.

-Va bien. Mejor ahora que nos encontramos de nuevo.

Su mano, antes en mi hombro bajó un poco hacia mi pecho.

-La mía también anda bien. -Me apresuré a decir. -Estoy enamorada.

-¿Ah, enserio? ¿Y dónde está la señora Ledesma? ¿Te dejó sola en año nuevo? -Ella provocó.

-Está aquí, en algún lugar. Y si ella ve que me estás tocando, creo que se va a enojar bastante. -Con delicadeza quité su mano de mi cuerpo.

-¿No sabe manejar un poco de competencia?

Estaba lista para decirle que no había competencia alguna, pero las palabras no pudieron salir de mi boca porque, al segundo siguiente, alguien se metió entre nosotras. Luisita estaba enojada.

Ni siquiera necesitó decir algo para que yo lo notara. Miré hacia abajo y vi su cara contorsionada en una expresión de rabia poco usual. Sus manos pequeñas estaban cerradas en puños y ella exhalaba con fuerza. Tuve la extraña sensación de estar mirando a un pequeño gatito irritado. Ella no me dirigió la palabra, volviéndose y quedando de frente a Alexandra. Los rostros de las dos estaban a dos centímetros de distancia.

Incluso Luisa siendo mucho más baja que Alexandra, que era un poco más alta que yo, no pareció intimidada en ningún momento. Por eso, me asusté al verlas mirándose de igual a igual, Alexandra con una sonrisa burlona en la cara y Luisita con una mirada asesina.

-Estaba observando de lejos y me pareció que estabas demasiado cerca de mi novia. Espero que no te importe si me quedo aquí.

-Muy bien... -La otra respondió, llegando aún más cerca de ella. -Yo conozco a tu novia desde hace mucho tiempo. Y créeme, he estado cerca de ella mucho antes de que aparecieras.

-Lo que muestra tu grado de incompetencia por no haberla conseguido para ti.

La sonrisa de burla desapareció de su cara inmediatamente. Yo misma me llevé una sorpresa con esa respuesta. Como Alexandra no tenía una réplica a la altura, Luisita dio su golpe final.

My sweet prostitute (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora