Capítulo 12

7.9K 283 51
                                    

(Este fanfic no es mío, es una adaptación de la traducción de @Camrensweet2)

***

Luisa POV.

La mañana siguiente comenzó lluviosa. Solo fui capaz de despertar a las 9:50 de la mañana por el ruido que algunas gotas hacían contra la ventana de mi cuarto.

Mi cuerpo aún se asemejaba un poco a la gelatina blanda, haciendo que mis ganas de levantarme de la cama fueran nulas.

Antes de comprobar, sabía que estaba sola. El peso, el olor y el calor de su cuerpo no estaban allí. Yo podía sentirla con los ojos cerrados. Tal vez porque empezaba a acostumbrarme a esas cosas, pero su ausencia era inmediatamente captada por algunas terminaciones nerviosas en mi cuerpo.

Me giré en la cama, aún con pereza, y encontré a mi lado un papel con algunas palabras y una llave. La curiosidad me despertó inmediatamente, así que tomé el papel y leí la caligrafía perfecta de Amelia:

Fui a trabajar. No quise despertarte.

Esta llave abre la puerta de la habitación. Es tuya.

¿Quieres cenar conmigo esta noche?

Te amo

Amelia.

Mis ojos pararon en la última frase, como si allí existiera algún significado oculto, como si quisiera entender lo que exactamente ella quiso decir con aquello.

"Te amo"

"Te amo"

Releí esas dos palabras, imaginando las diferentes formas y entonaciones que ella daría a la frase al decirla.

Me derretí como una tonta encima de la almohada, trayendo el papel cerca de mi cara y tratando de sentir allí su perfume, pareciendo una adolescente romántica y enamorada por la más perfecta de las princesas encantadas.

-Yo también te amo. -Hablé en voz baja-. -Te amo mucho.

Me pregunté si tendría el coraje de decirlo en voz alta si estuviéramos cara a cara. Confesarme a mí misma la más obvia de las verdades era fácil, porque no había más que tratar de convencerme de lo contrario, pero confesarle mi alma a ella era un poco más peligroso.

Pero no confesar cuánto la amaba estaba pesando.

No porque ella necesitara saberlo, sino porque una parte de mí quería gritar eso, como si de alguna manera pudiera librarme de mi propia prisión. Desgraciadamente, la otra parte de mí me mantenía presa a mis miedos e incertidumbres, creyendo que "la revelación" -no tan sorprendente-, sería demasiado para ella.

Todavía no era capaz de decírselo. Y ese hecho era desesperante. Y el hecho de que necesitaba dejarlo claro era aún peor.

Me levanté todavía tambaleante, sintiendo mi corazón hervir con las palabras escritas por Amelia y su voto de confianza.

Sabía que ella estaba asustada con mis actitudes e imaginaba lo difícil que debía haber sido para ella la opción de dejarme o no. Me pregunté, si yo me fuera, ella iría detrás de mí.

Pensé que sí. Las palabras del día en que ella me dijo toda la verdad todavía estaban frescas en mi memoria, y aunque me pareció un poco desorientada en aquella situación, me pareció que estaba siendo bastante verdadera y decidida.

Entonces, si realmente me fuera, no me sorprendería tenerla persiguiéndome como algún tipo de acosador.

Tomé un baño caliente y revitalizante. Como siempre, recordé la noche anterior, pero esta vez tuve que fijarme un poco más a los detalles.

My sweet prostitute (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora