Ojos Avellana

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*Capitulo 6*

OJOS AVELLANA
***

Me removí incomoda entre las sábanas una vez más intentado encontrar una posición cómoda en la cual quedarme y poder conciliar el sueño que no había podido tener en toda la noche, pero me fue imposible. Cerré los ojos intentando relajándome, pero los abrí enseguida al escuchar un ruido que me alerto enseguida, levante un poco mi cabeza de la almohada para observar de donde provenía el ruido, resople al ver como Puppy estaba jugando con unos de sus juguetes provocando el ruido al chocarlo contra el piso. Talle mis ojos cansados sabiendo que no iba poder dormir nada.

 He estado paranoica y con insomnio desde hace dos noches por la aparición de esas rosas en mi sala junto a la nota que me dejo conmocionada, las palabras de esa nota no me dejaban en paz.

Esa nota parecía más una amenaza que una advertencia.

<<Nadie puede tocar lo que es mío y tu Helena eres mía.>>

La frase revoto en mi mente hasta que solté un gruñido de exasperación.

¿Quién se creía este idiota como para llamarme suya?

Me senté en la cama, el reloj marcaba las ocho de la mañana y no había dormido ni media hora en toda la noche, era un viernes y no tenía clases de nueva cuenta por culpa de los policías que no dejan de rondar las instalaciones, sin embargo, tenía mucha tarea que entregar aparte de los proyectos y tener que estudiar para los exámenes que se acercaban.

Agarre mi celular de la mesa de noche y revise los mensajes que le había mando el día de ayer a mi hermano con la esperezan de qué ya me hubiera contestado, pero al parecer ni los había visto. Aren había salido de la ciudad por un par de días sin previo aviso, pues según él se había ido a resolver cosas de su trabajo.

Lo que más me enojaba es que ni siquiera me había avisado de su salida, lo necesitaba para hablar con él la noche que las rosas parecieron. Su misero mensaje diciendo "Sali de la ciudad por trabajo, hablemos cuando vuelva" fue lo único que recibí cuando le marque por quita vez y me volvió a rechazo la llamada. Él muy cabrón no me contesto las siguientes llamadas en las cuales le quería exigir una explicación, simplemente me mandaba directo a buzón de voz, no sé qué es lo que le está pasando, pero si sigue con esa actitud nuestro plan se va a ir a la mierda.

"Trabajar juntos" ni un carajo... 

Baje aun en pijamas al primer piso con Puppy al lado de mi con su muñeco de pato en el hocico mientras movía su colita felizmente.

-Vamos Puppy afuera.- le hable al pequeño cachorro en cuanto me acerque a la puerta del patio para que saliera hacer del baño y jugara como cada mañana.- el juguete se queda dentro.- lo regañe en cuanto vi su intención de sacarlo, este me gruño, pero lo soltó de mala manera en el suelo para salir por la puerta con el suficiente espacio como para que el pasara.- ¡Uy! que humor...- murmure viendo a Puppy corretear una mariposa por el pasto cerca de la piscina ignorándome completamente, no era mi culpa que cuando sacaba uno de sus juguetes no volvieran aparecer, nunca sabia como le hacía para desaparecerlos.

Deje la puerta tal cual por si se dignaba a entrar, me di media vuelta y me dirigí hacia la cocina para tomarme una pastilla que me parara el dolor de cabeza como cada mañana en la cual no había podido conciliar el sueño.

Me serví un vaso con agua y le di un sorbo tragando la patilla con ella, me recargué en la isla de mármol cansada mientras espera a que mágicamente el desayuno se hiciera solo, pero mi estomago rugió indicando que quería alimento, me iba acercar a la nevera, pero un olor desagradable llego a mis fosas nasales haciendo que hiciera una mueca por el disgusto y nauseabundo olor. 

Helena S. (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora