☾apítulo 12

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El baño de Grover era gigantesco. La tina podía albergar a tres personas sin que ninguna se sintiera apretada.

Llenaron la bañera y depositaron el cuerpo incandescente de Belén dentro. Jennifer entró con ella y se encargó de mantener su cuerpo sumergido, agarrando sus muñecas para evitar que las bolas de energía hirieran a alguien.

Una pequeña bola pasó rozando la cabeza de Jennifer y se incrustó en el techo, consumiendo el concreto hasta dejar un pequeño agujero a su paso.

Lo que quedaba del pijama de Belén lentamente volvía a consumirse conforme la corona de gases manaba de sus extremidades.

Jennifer tragó duro. Si se calentaba demasiado derretiría la bañera y ambas aterrizarían en medio de la habitación de abajo.

La joven miró a Josh con el pánico a flor de piel.

—Deberíamos llevarla a la cascada. Es más seguro.

—¿Tú cargarás con ella?

Jennifer lo fulminó con la mirada pero de inmediato comprendió su punto. Grover cargó con Belén un par de metros y ya tenía quemaduras de primer grado. Si iban a la cascada a mitad de camino tendrían los huesos expuestos.

Sóter hizo acto de presencia cargando con cuatro bolsas de hielo. Josh le ayudó a vaciar las bolsas en la bañera y tan pronto terminaron más de la mitad de los hielos habían desaparecido.

—¡Iré por más! —anunció antes de desaparecer por la puerta.

Cinco segundos después Matt apareció seguido de Logan.

El agua en la bañera comenzaba a burbujear y Jennifer sintió que estaba en un jacuzzi. Un mortal jacuzzi de energía solar.

—¿Puedes enfriar el agua? —Preguntó el guardián en dirección a Logan.

En las últimas semanas Logan había mejorado bastante en cuanto a manipular el cambio de estado del agua. Todavía tenía problemas para enfocarse en un punto en específico (la maldita boya seguía anclada a las cadenas), pero a nivel general no estaba tan mal.

Extendió las manos sobre la tina y un par de segundos después Jennifer notó un cambio en la temperatura del agua.

—¡Funciona! —chilló de emoción.

Si Logan era capaz de mantener fría la temperatura del agua, la fiebre disminuiría en Belén y sus poderes estarían bajo control. No obstante, conforme los minutos avanzaban la fiebre aumentaba y Logan se vio envuelto en una pulseada por mantener la temperatura controlada.

Se suponía que no debía ser una tarea difícil pero resultaba complicado cuando tenías al sol mismo calentando y calentando.

Gruesas gotas de sudor corrían por el rostro de Logan y le empapaban el cuerpo.

La habitación era un sauna y el calor excesivo estaba poniéndolo de mal humor.

Grover apareció de súbito para descubrir cómo el agua burbujeante de la tina manaba un sutil brillo amarillento. Los cabellos de Belén flotaban alrededor de su rostro movidos por la fuerza de su poder. Jennifer experimentó el mismo fenómeno que su amiga y el pánico se asentó en sus pupilas.

Juraría que comenzaba a sentir como el piso de la bañera se estaba agrietando.

—No funcionará. —Se lamentó Grover. Enfriar el agua no era la solución. Si querían bajarle la fiebre debían recurrir a medidas más drásticas.

—Logan —llamó con su gruesa voz.

El joven seguía concentrado en su tarea. Si no tenía cuidado, si perdía la concentración un segundo, temía convertir el agua en un cubo de hielo y que la presión generada por Belén cree proyectiles como los de Quíone en Kilt Rock.

Lazos de Sangre #3 | QUEEN OF SHADOWSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora