Desnudos.

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-No deberías hacer eso. -le dije a Liam, quien me miraba con una media sonrisa.

-¿Qué? ¿Esto? -y volvió a darme un beso fugaz en los labios.

-¡Estas loco! ¡No puedes besarme así!

-Aún no te he besado, Camil. Cuando lo haga no podrás olvidarme nunca.

-Ya, claro. -me di media vuelta, Liam me volvía loca. -Voy al baño.

-¿Quieres que te acompañe? -susurro en mi oído, yo me di la vuelta para encararlo. Pero antes de que pudiera articular palabra me dio otro beso en los labios, esos que no duran ni un segundo, pero me estaba comenzando a desesperar, de alguna manera esos besos me hacían desear que me besara en realidad. Hice un esfuerzo casi inhumano para controlarme y no lanzarme encima de el.

-¿Estas tratando de provocarme? -pregunte acercándome a el con una sonrisa seductora.

-¿Esta funcionando?

Yo me acerque tanto como pude a sus labios, pero sin tocarlos susurre:

-Hmm... Funciona. -luego me aleje de el y le susurré en el oído. -Pero yo se jugar mejor que tu. -mis labios le rozaron el lóbulo de la oreja.

Me di media vuelta y me dirigí al baño, con una sonrisa triunfante en el rostro. ¿Liam quería jugar? Yo podía hacerlo también. Y podíamos ver quien resistía más tiempo.

Antes de entrar al baño una mano me hizo girar, pensé que era Liam así que no me molesto. Pero al ver que era Daniel la ira comenzó a surgir. Podía sentir como la vena de mi frente amenazaba con salirse de mi piel.

-¿¡Qué quieres!? -grite.

-Vaya espectáculo el que han montado tu y Liam. -exclamo con la mandíbula tensa.

-¿Hablas de como el si tuvo lo huevos de defenderme de ese profesor? -Yo estaba hablando con los dientes apretados, podía sentir el cólera correr por todo mi cuerpo. Daniel negó con la cabeza.

-No, no estoy hablando de eso. Hace una minutos en el pasillo, ustedes dos. ¿A qué juegas, Camil?

-¿Cómo que ha que juego?

-Estoy hablando de Liam y tu, de tu y yo. ¿Ha que juegas? ¿Te gusto yo? ¿Te gusta Liam? Acaso... ¿Te gustamos los dos? -su voz era tan fría que apenas parecía ser el.

-No tengo que darte explicaciones de nada. -me gire, el no lo entendía. No entendía que ya lo había escogido, no entendía nada y yo no podía explicárselo. Antes de que diera un paso me tomo por la muñeca y volvió a girarme, de modo que pudiera verlo a lo ojos.

-Claro que tienes que darme explicaciones. O tal vez, ¿Los dos somos una clase de juego para ti?

-Daniel...

-¿Qué sentirías si yo jugara contigo y al mismo tiempo con tu peor enemiga? Creo que no estarías ni la mitad de tranquila como lo estoy yo.

-Mira, es mejor que no sigas por ese camino.

-¿Puedo yo salir con otras chicas? Por qué créeme, si sigues por este camino lo haré y no me importara. -imaginarlo con otra chica me partía el corazón, y sabía que el podía hacerlo sin ni siquiera parpadear.

-No. -susurre con la voz apagada.

-¿No, que? ¿No vas a alejarte de Liam? ¿Qué no me quieres ver con otra persona? Dime, Camil. Por qué en serio no te entiendo.

-No se lo que siento. -mentí.

-Mírame, ¿sientes algo por mi? -pregunto.

-Si y me esta matando.

Diario de un adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora