¿Amor?

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Sentir algo tan fuerte por una persona que apenas conocía se sentía extraño, rebasando lo normal. Había leído sobre este sentimiento más veces de las que podía contar, pero sólo lo entiendes cuando te pasa a ti. Cuando te das cuenta de que no eran palabras vacías; en realidad había algo tan fuerte que te hacia estremecer de pies a cabeza. Cuando lo sientes, finalmente lo entiendes. No antes; sólo lo puedes saber en ese mismo instante, cuando tienes a esa persona ahí, frente a ti. Te das cuenta de que es verdad, el amor es real. Y es un sentimiento tan abrumador que asusta, pero no importa. Por qué es algo tan fuerte que hace que vayamos en contra de todas nuestras convicciones. Y notas como tu corazón se separa de tu cerebro, haciendo caso omiso a cualquier pensamiento racional.

Sólo en ese instante entiendes al amor, y a su extraña manera de hacer cambiar a las personas.

Vagamente pude recordar un poema que había leído hace tiempo:

"Tener con una idea la mente divertida; sentir su alarma oprimida con un grato dolor; mirar a cada instante su amado bien presente..., es eso cabalmente lo que se llama amor.

Dejar triste a su amiga; volver gozoso a hablarle; y no poder tocarla sin un violento ardor. Llamarla a todas horas mi vida, mi embeleso..., precisamente es eso lo que se llama amor.

Hallar un buen cumplido en un favor ligero; tener por un mal fiero cualquier pequeño error, reír, llorar y hallarse temiendo y esperando..., esto es vivir pasando la enfermedad del amor.

Reñir y hacer las paces, volver a reñir luego, más no encontrar sosiego hasta querer mejor; y hallar en tiernos lazos el premio apetecido..., esto es y siempre ha sido lo que se llama amor" -Pablo de Jerica.

Y no hasta ese momento lo pude entender; aquellas palabras que le había buscado significado por un largo tiempo, les encontré el sentido finalmente. En aquel instante, cuando por fin el amor llego a mi, lo entendí todo.

-No pienso subir a tu departamento. -dije. Daniel se separó de mi y me miro con gesto confuso en el rostro.

-¿Sigues enojada conmigo? -pregunto.

Trate de ligar mis sentimientos con la ira, pero en realidad no tenía nada que ver. Lo que había acabado de descubrir me aterraba. Tenía que alejarme de el para poder pensar con mayor claridad.

-Si, aún estoy furiosa. -mentí.

-Camil, ella no es importante en lo absoluto...

-¡Eso me enfurece aún más! -solté. -creo que me voy, no puedo pensar con claridad cuando te tengo cerca.

-No quiero que te vayas. -trato de acercarse otra vez pero di un paso hacia tras.

-Adiós, Johnson. -me gire.

-Al menos deja que te lleve.

-No es necesario, te veo luego.

Camine lo más rápido que pude alejándome de el. Haciendo un intento en vano de dejar mis sentimientos atrás igualmente.

Estaba atrapada, me había enamorado de alguien que era capaz de hacerme mucho daño. ¿Por qué? ¿Por qué? No dejaba de repetirme esas palabras en mi mente.

Debí haberlo ignorado desde un principio. Como algo que no podía ver... Como algo que no puedo ver.

¿Por qué?

Se que no puedo estar de esta manera. Si digo que es una mentira, ¿mi corazón regresara? No, no.

¿Por qué tiene que ser el?

¿Por qué acabe amándolo?

Tal vez sea una exageración, el no me hará daño. No sí yo no se lo permito.

Diario de un adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora