Un sonido ensordecedor me hizo sobresaltar: Mi despertador. El peor sonido que un adolescente puede escuchar.
Me estire sobre la cama lanzando un gran bostezo. Me levanté y baje a desayunar, si tenía que desayunar antes de ducharme. Tenía que recobrar mis fuerzas.
-¡BUENOS DÍAS! -grito mi prima de nueve años, Sara. Maldita sea.
-Cállate, joder. Que son las siete de la mañana. -le dije furiosa. mi tolerancia a los niños era directamente proporcional a mi intolerancia al alcohol, ósea, cero.
Ella me sacó la lengua y salió corriendo de la casa, el autobús de primaria había llegado a recogerlos. Matías, Jeremy y Leandro salieron justo detrás de Sara gritando incoherencias. Yo puse los ojos en blanco. ¿Acaso los niños no podían estar con la boca cerrada?
Puse dos panes en la tostadora y saque jugo de naranja. Maikeel bajó con el uniforme de la escuela puesto en el. Solté una carcajada. ¿En serio nos iban a hacer poner esas cosas?
-No te rías, mi abuela ya puso el tuyo encima de tu cama. Será mejor que lo veas, esta D-I-V-I-N-O. -dijo el haciendo una voz exagerada de chica.
Puse los ojos en blanco. No podía ser tan malo.
Esto tiene que ser una broma. De ninguna manera me pondré esa cosa.
Pensé, viendo el uniforme que se encontraba descansando en mi cama. Consistía de una falda a cuadros negra con azul oscuro, camisa blanca de botones con mangas hasta la muñeca, un tipo de suéter sin mangas gris, corbata azul y una chaqueta negra con botones dorados en las muñecas. También podía ver las medias negras que eran largas, podía decir que me iban a llegar por encima de las rodillas. Por ultimo unas zapatillas negras.
Solté un largo suspiro y me revolví el cabello. Lo único bueno de esta situación es que en las mañanas no me iba a debatir que ponerme para ir a la escuela. Bien, tenía que tener una mente positiva.
Mire por última vez el uniforme y después me metí al baño necesitaba una ducha.
El primer día de clases todos podían vestir como quisieran, pero después tenías que usar el uniforme obligatoriamente. Si no lo llevabas puesto no te dejaban entrar en el Instituto. Así que no hay ningún tipo de opción.
Después de ponerme el uniforme me peine con una coleta alta. Me estaba examinando en el espejo, bueno no me veía tan mal como pensé. Mi teléfono comenzó a sonar.
Ana.
-No te imaginas los que me pasó ayer. -le exclame un poco exaltada -Casi me me agreden sexualmente, y dan...
-Hola, Camil. -me atragante con mi propia saliva al escuchar la voz de Liam.
-¿Que haces tu con el teléfono de mi mejor amiga, Liam? -le dije tratando de mantener la calma. No quería que arruinara mi mañana.
-Esta conmigo en estos momentos, no quería darme tu número así que acudí al plan B. -hizo una pausa como procesando algo -Espera... ¿TE PASO ALGO AYER? -Exclamo un poco más alto de lo debido. Aleje mi oído del auricular del teléfono.
-Vaya eres de procesamiento retardado, ahora entiendo un par de cosas. ¿Cuál es exactamente el plan b? -mire el despertador de mi habilitación para verificar la hora. Muerda, mierda.
-El plan a donde acudes a tus encantos Camil... ¿Dime que pasó exactamente ayer cuando te dejé? - Ew. No quería pensar como había utilizado sus encantos con mi pobre e indefensa mejor amiga.
-He... Liam hablamos luego - colgué el teléfono iba a llegar tarde a la escuela.
Agarre mis pertenencias y corrí a la salida de la casa. Maikeel estaba encendiendo su camioneta Land Rover. Me monté en el asiento del pasajero.
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Diario de un adolescente
RomanceNo es una historia de amor con un final feliz. Tal vez parezca cliché al principio pero no lo es. Si buscas una historia de amor con final de cuento de hadas este no es tu lugar. Relata la historia de una adolescente como todos los demás, que encue...