Besame.

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Yo había perdido mi cabeza por completo. No pensé que volvería a perder mi cordura por un chico. Aunque no puedo comparar esto con mi turbia relación con Cristian, por que, Daniel de alguna forma me hacía sentir diferente. El era una persona impredecible, nunca sabía lo que cruzaba por su mente. Me hacía sentir perdida, y de alguna manera eso me atraía a el.

Y aquí estaba, frente a un chico que no conocía muy bien, apuntó de hacer una estupidez.

-¿Como se supone que vamos a salir? Es imposible, la única forma es saltar la valla y el director nos vería de inmediato.

-No vamos a saltar la valla, Camil. -Daniel me miraba con una sonrisa burlona en el rostro.

-Iluminame, dan.

-Te dije que nos viéramos en la entrada. No para tomar el te, Stuart. Vamos a salir por allí.

-Ya, claro. ¿Como se supone que el Guardia nos va a dejar salir?

-Digamos que me debe un favor. -sus ojos brillaban con perversidad.

-Vale, ¿que vamos a hacer exactamente cuando salgamos?

-Todo a su tiempo.

Tomo mi mano y caminamos hacia la entrada del colegio, mire nuestros dedos entrelazados, se sentía muy bien, extrañamente bien.

-Hola Jack. -Daniel saludo al Guardia que se encontraba sentado en una pequeña silla con un palillo entre sus labios. Al vernos fruncio considerablemente el ceño.

-¿Quien es la chica?

-Mi novia.

-Su amiga. -Los dos hablamos al mismo tiempo y nos miramos de inmediato ¿había dicho que era su novia?

Jack soltó una carcajada y me miro.

-Cariño, deberías saber que el no tiene amigas. -exclamó, mostrando sus dientes amarillentos.

Yo mire a Daniel alzando una ceja.

-Es tímida, Jack. -Daniel pasó sus manos alrededor de mis hombros. -Nesecito que nos dejes salir.

-No lo creo Johnson, nunca menseionanste que ibas a salir con tu novia, no puedo dejarlos salir a los dos.

-No soy su novia. -dije aclarando la situación. Pero ellos hicieron caso omiso a mis palabras. Puse los ojos en blanco.

Luego mire mi reloj y me mordi el labio, ya casi sonaba el timbre que anunciaba el cambio de clases, y esto se iba a llenar de estudiantes y no íbamos a poder salir, claramente.

Daniel noto mi nerviosismo y se acercó a mi oído susurrando -Tranquila.

-Supongo que los planes cambiaron, Jack.

-Johnson...

-Vamos abre la puerta, me lo debes, lo sabes.

El Guardia resoplo y nos miro con impaciencia luego miro por encima de nuestros hombros revisando si venía alguien. Después saco un juego de llaves de su bolsillo y abrió la gran puerta.

-Si por casualidad los llegan a descubrir yo no tuve nada que ver con esto. -nos hizo una seña con la mano para que salieramos rápido.

Daniel sonrió y me volvió a tomar de la mano. Luego salimos disparados del lugar.

Su motocicleta estaba aparcada en la acera y me pregunté si ya tenía planeado todo esto. Claro que lo tenía planeado.

-Así que tu no tienes "amigas" -le dije haciendo las comillas con mis dedos.

Diario de un adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora